No hay nada como eso, como dar a luz a un
niño. Eso graba la experiencia en la conciencia de cada Ser Humano que está
alrededor de ella del modo que sea. Cuando los ángeles rodean la cama cantando,
y se oye ese primer llanto del niño, ¡hay tanta dicha! Y si tienen la suerte de
colocar a este niño en el pecho de su madre y tal vez él alce la mirada un
momento, es el primer contacto visual. ¡No hay nada como eso en el planeta!
Así que ahora quiero hablar de eso. ¿Cuánto
amas a este niño, mamá? ¿Cuánto le darías a esa energía en una escala del uno
al 100? Las madres en esta sala están diciendo: “Ciento veinte.” No hay nada
como eso. La creación de la vida es impresionante y magnífica. Representa todo
el patrón de ustedes en el niño. Todas las cosas apropiadas que se presentaron,
y el niño es perfecto. Esotéricamente, aquí está el hijo que esperaban.
Esotéricamente, incluso podría ser un pariente del pasado. Así es como funciona.
Ya saben eso, ¿no? Esotéricamente, el niño los eligió a ustedes.
Esotéricamente, ustedes lo eligieron.
Así que ese momento es mágico y si comprenden
estas hermosas mecánicas espirituales, es aún más mágico. Pero incluso si
ignoran totalmente cualquiera de estas cosas, sigue siendo mágico. Porque entre
el bebé y la madre existe un amor dinámico y multidimensional que no se puede
describir. Es universal y mundial.
Ahora, vamos a darles el ejemplo de una
situación imaginaria. Mientras observamos este amor, voy a darles una metáfora
para que la consideren. Quiero darles un ejemplo de la compasión de la madre
sabia y divina. No es sólo la compasión por otros Seres Humanos en el planeta,
es la compasión por Dios. Es la compasión por la relación de la dualidad,
aquello que es divino en el Humano. Representa el cordón de amor entre la madre
y el hijo que es el amor compasivo. También representa la comunicación entre
ustedes y Dios, el cordón entre nosotros. Ésa es la metáfora. Al resolver quién
es Dios en su vida y dentro de su cuerpo, todo lo demás empieza a aclararse.
Así que vamos a jugar con esta situación
imaginaria. En este momento mágico, digamos que de repente el niño no tiene
edad y es inteligente. Súbitamente, el tiempo se suspende. Súbitamente, ¡el niño
comienza a hacerles preguntas! Así que por un momento, el niño les va a
preguntar quiénes son ustedes y qué quieren. Ahora bien, no se equivoquen
acerca de lo que implica la metáfora, porque lo que la madre le va a decir a
este niño es lo que quiero decirles a todos y a cada uno en esas sillas acerca
de ustedes y Dios. Así que escuchen este intercambio entre la madre y el hijo,
en representación del sabio, divino femenino.El niño le habla a la madre: “Mamá, ¿cómo va a
ser mi vida contigo? ¿Quién eres realmente? ¿Qué vas a hacer?” Piensen por un momento cuál sería su
respuesta. Les preguntamos, ¿sería esta?
La madre mira a su hijo recién nacido en su
pecho y le dice: “Bueno, lo primero que voy a hacer es mantenerme en secreto
para ti. Vas a tener que trabajar muy duro para descubrir lo mucho que te amo.
Voy a tener que encasillarlo y ponerlo en lugares donde tendrás que buscar y
buscar hasta encontrarlo. Estará en la oscuridad, apartado sólo para otros
Humanos, no para ti. Habrá muchos secreto, y tal vez nunca me encuentres.” ¿Vas a decirle eso a tu hijo, mamá? ¿Es ése
el mensaje? ¿O vas a decirle lo contrario?
“¡Yo estoy aquí para ti, estoy aquí para ti!
Estoy totalmente abierta para ti y voy a estar contigo toda tu vida Nunca vas a
tener que buscarme, porque estaré a tu lado amándote y protegiéndote. Nunca
será un secreto dónde estoy... ¡ningún secreto! Sin importar lo que te digan, o
lo que otros puedan pensar, ¡estoy aquí!”Ésa es la verdad de lo que le vas a decir a
ese ser especial con tu sangre que acaba de llegar, ¿no es cierto? El niño
suspira y te abraza más fuerte. Es la verdad.
“¡Cuéntame más, mamá! ¿Qué más?”
Mamá, entonces mirarías a tu hijo a los ojos y
dirías: “Ahora bien, además, para que puedas tener una buena relación conmigo,
quiero que sufras un poco. No sólo eso, habrá algunos atributos de
rendimiento... unos cuantos miles de escalones que subir. Voy a querer
aplastarte unas cuantas veces para que te sientas incómodo y miserable y dudes
de tu valía. Luego, si no te portas bien, te abandonaré.”
¿Vas a decirle eso? La respuesta es ¡NO! ¡Y
quiero decirles que Dios tampoco les dice eso a ustedes!
Escúchame, Ser Humano, esto no tiene por qué
ser difícil. Los Seres Humanos le han puesto reglas humanas a Dios. ¡Han hecho
de Dios un Ser Humano, incluso le han dado a Dios un género biológico humano,
hasta han puesto guerras en el cielo! ¡Han hecho muchas otras cosas para
humanizar al Creador del Universo! No se lo crean. Utilicen su propia lógica
espiritual. Ésta no es nuestra relación, alma vieja, y nunca lo ha sido.
Quiero que se vayan de este lugar sabiendo
quiénes son: El niño recostado sobre el pecho del Creador Todopoderoso, mirando
a Dios a los ojos.
Vamos a formular la siguiente pregunta, pero
esta vez la metáfora se diluye. Esta vez, son ustedes y Dios: “Dios, ¿qué
quieres? ¿Qué quieres de mí?”
“Quiero que me ames toda tu vida. Sé que habrá
momentos difíciles y habrá momentos en que no comprenderás lo que está pasando.
Sé que eres un niño y vas a tener dolores de crecimiento. Sé que habrá momentos
en los que te alejarás de mí y regresarás. Pero quiero que sepas que yo siempre
estoy aquí. Y mi mano está siempre tendida para ayudarte a atravesar la
oscuridad. Puedes llamarme en cualquier momento.” Y esa, queridos, es nuestra
relación con ustedes.
Yo represento a una parte del otro lado del
velo que puede hablar abierta y libremente a las almas viejas en este lugar, y
digo: “Ésta es nuestra relación de compasión.” Y de eso se trata este año.
“¿Qué más, Dios, qué más quieres?” ¿Qué diría
la madre a lo largo de varios años? Es lo mismo para nosotros. El hijo crece y
la madre dice: “Bueno, ¿por qué no vienes a cenar más seguido?” Incluso cuando
el hijo tiene su propia vida y lo ha comprendido todo y hasta tiene su propia
familia, la madre continúa el amor y dice: “¿Por qué no me llamas de vez en cuando?”
Eso es lo que quiero darles en este momento.
Eso es lo que van a decirle al hijo, ¿no es cierto? El hijo es el amor para
toda la vida. ¿Podría ser más sencillo? ¿Podría ser más profundamente puro?
¿Por qué la humanidad coloca a Dios en una caja, atrapado en forma humana, con
atributos humanos tales como el género, el juicio, la envidia, la venganza y el
castigo? ¡Nosotros no somos así! Somos los creadores de todo lo que es,
incluyendo lo bello que es el Ser Humano.
Esos atributos negativos y espantosos no son
lo que vas a decirle a tu hijo, ¿Mamá? ¿Papá? ¡Nosotros tampoco! Así que la
palabra es compasión. Responde al 11 en el 2011, y responde a lo que es 11 en
el ADN, y responde a esa energía con la que están trabajando ahora. Porque
cuando tienen la compasión de la madre, del sabio y divino femenino, esa
polaridad suya entre Dios y el Humano ya no se llamará más dualidad. Más bien,
es una singularidad que es ustedes y Dios como uno solo.
Queridos, todo el mundo lo verá en su rostro.
Ahí es cuando comienza la sanación por la que han venido. Entonces se resuelven
los problemas. Ahí es cuando empiezan a plantar las semillas de la paz en la
Tierra.¿Por qué no aceptan nuestra oferta? ¿Por qué
no nos llaman de vez en cuando? [Risas] ¿Esta noche, quizás? ¿Les costaría
mucho levantar las manos al cielo y decir: “Te amo, Dios”? No se sorprendan si
sienten nuestra mano en la suya, diciendo: “Ya era hora de que llamaras.”
Ése es el mensaje de esta noche. Este año está
referido a eso.Manténganse centrados, sean compasivos. Oh,
habrá distracciones, almas viejas, porque están en una batalla. Les dijimos que
así sería. Esta batalla es entre la energía vieja y la nueva, y no es
agradable. Algunos de ustedes están pasando por cosas que no esperaban.
Permanezcan centrados. Lo que está en ustedes, que es Dios, sigue siendo su
energía progenitora. Las semillas están ahí y siempre estarán ahí, como el creador
de todo lo que es. El amor es eterno, y ahora lo he dicho, y lo han escuchado
muchas almas viejas que necesitaban oírlo.
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