La explicación del porqué de los distintos grados
de madurez en los mortales,y de tanta variedad y niveles de avance de cada uno
se encuentra en el crecimiento espiritual de cada mujer y hombre de manera
individual. Las religiones solo ayudan parcialmente mediante repeticiones
exteriores o culpando a agentes externos. Pero el hombre si desea ser libre,
debe iniciar un proceso de autoconquista interior y unificación de la
personalidad. Este es el auténtico objetivo de la vida de cada ser humano.
Dios nos ha creado y nos ha ubicado en un
mundo material con el propósito de que podamos descubrir por nosotros mismos,
mediante la experiencia espiritual, y en asociación con nuestro Ajustador del
Pensamiento, la Presencia Divina dentro de nosotros,para ascender
progresivamente los niveles cósmicos de la progresión mortal: Los Siete
Círculos Psíquicos.
Nuestro Ajustador del Pensamiento,la presencia
Divina dentro de nosotros siempre tiende a liberar nuestra alma del mecanismo
del error egoísta.Cada ser humano si lo desea,realiza esta progresión de
perfección de la conciencia durante su estancia mortal; esto significa
acercarse de manera gradual a la realización de la voluntad divina para
finalmente sincronizar la voluntad humana con la voluntad divina y lograr la
unión de las dos en una sola.
La mayoría de los seres humanos no logramos
conquistar todos nuestros círculos, la mayoría lo hacemos interiormente sin
saberlo,y muchas veces lo hacemos de forma inconsciente. Hay, por lo tanto,
diferentes niveles de conquista en cada ser mortal. Este logro es sumamente
íntimo y personal, pero se refleja en las acciones y frutos de cada uno de
nosotros.
Si el mortal decide elevar su espiritualidad
mediante una comunicación directa con Dios,debe recorrer progresivamente los
siete círculos psíquicos convirtiéndose cada vez más en un ser espiritual, más
real, proyectando su conciencia hacia las moradas superiores que preparan al
alma del hombre para su carrera de progresión espiritual hasta la fuente misma
de la Vida Universal, El Paraíso, la residencia eterna del Padre Universal.
El mortal realiza el recorrido de los siete
círculos desde el séptimo hasta el primero, en ese orden. Cerca de cumplir los
seis años de edad, el ser mortal que es un niño ingresa en el séptimo circulo
psíquico, al realizar elecciones morales, manifestando capacidad de individualidad
espiritual en unidad con los siete espíritus ayudantes de la mente, bajo la
dirección del Espíritu de Sabiduría; siendo admitido en el circuito del
espíritu Santo y funcionando con El espíritu de la Verdad, habiendo recibido al
Ajustador del Pensamiento en su mente mortal. Este hecho califica al individuo
como un verdadero ciudadano potencial del Universo Local
Desde esa edad, todo ser humano puede o no
puede producir los frutos del Espíritu. El amor, la fe, la gran paciencia, el
autodominio,etc; no son cualidades meramente casuales en la mente humana. Son
frutos de la acción residente del Espíritu Divino en nosotros. Todos podemos
producir o abortar dicha acción con la mente.
El Ajustador del Pensamiento,la presencia de
Dios en nosotros,es el socio del ser mortal para la conquista de los siete
círculos. El Ajustador asciende con el mortal desde el séptimo círculo hasta el
primero. Estos círculos no son totalmente intelectuales ni corresponden a la
sustancia de las moradas superiores del alma. El desarrollo armónico de la
personalidad mortal traerá el éxito de esta empresa. El yo entero del mortal
debe expandirse en forma material, intelectual y espiritual. Un desarrollo
espiritual equilibrado fomenta una mayor comunicación con el Ajustador residente
(Dios en el ser mortal). Pero un desarrollo espiritual excesivo puede producir
una interpretación fanática y perjudicial de la guía del Ajustador del
Pensamiento o residente divino.
En una mente equilibrada, con energías
estabilizadas y hábitos limpios, se llega a un desarrollo armonioso en el cual
la presencia Divina puede impartir al ser mortal un máximo de Luz y Verdad, con
un mínimo de riesgo temporal,en beneficio de la criatura.
La presencia de Dios en cada uno de nosotros
es la verdadera y única guía de la mente del mortal para el éxito del alma.
Así,cada decisión que tomemos, impide o facilita la acción del Ajustador,
señalando así el avance o el estancamiento en el logro de los círculos para la
libertad del alma.
En la medida que se van conquistando los siete
círculos,los resultados se van viendo reflejados en la sincronización con el
Ajustador,pues nuestra mente se vuelve mas espiritual;en la evolución del alma,
que significa la aparición o emergencia del alma morontial, dominando los
círculos cada vez mas;y en la realidad de la personalidad,el yo que se vuelve
más real en la medida que asciende del séptimo al primer nivel de la existencia
humana.
De esta manera el ser mortal va creciendo,
convirtiéndose en un ser maduro con potencialidad inmortal. Al llegar al tercer
círculo recibe un guardián seráfico de destino, un serafín que ayuda al logro
de los círculos,y se obtiene un mejoramiento en el logro y desarrollo
espiritual del alma en evolución.
Cuando se alcanza el tercer circulo, el
Ajustador residente intenta espiritualizar la mente del mortal durante el resto
de su vida para alcanzar los círculos restantes y lograr finalmente la
asociación divina-humana antes de la muerte física en la tierra.
Al alcanzar el primer circulo psíquico, el
Ajustador residente puede hablar directamente al ser mortal que guía. Es el
nivel más alto en la relación mente-Ajustador en la vida humana antes de
liberarse el alma morontial del cuerpo material.
El ser mortal que elige hacer la voluntad de
Dios y que une su fe a las decisiones materiales por la acción de su
personalidad, aumenta su hambre por Dios. El desarrollo espiritual puede tener
poco que ver con la prosperidad material, pero el logro progresivo de los
círculos aumenta el potencial del éxito humano.
Del séptimo al tercer círculo se produce una
acción de los siete espíritus ayudantes de la mente en la tarea de liberarnos
de las dependencias de los mecanismos de la vida material. Del tercer circulo
en adelante,hacia el primero, la influencia de los ayudantes de la mente
disminuye progresivamente.
Los siete círculos comprenden la experiencia
mortal desde el nivel mas alto y puramente animal hasta el nivel morontial mas
bajo, en el cual la autoconciencia del hombre es una experiencia de la
personalidad. El alcance y el dominio del primer círculo significa la madurez
mortal premorontial y pone fin al ministerio de los siete espíritus ayudantes
de la mente en el ser humano.
Más allá del primer circulo, la mente del
mortal se vuelve más semejante a la inteligencia morontial de la evolución, el
Ministerio de la Mente Cósmica y la dote super ayudante del Espíritu Creativo
del Universo Local.
La conquista de los sietes círculos psíquicos
no equivale a la fusión con el Ajustador,allí aun se espera que el hombre
produzca mayores logros espirituales. Cuando se logra una sincronización final
y completa de la voluntad del mortal con la voluntad divina del Ajustador
residente,que es Dios, es cuando la fusión eterna y final se realiza.
Cuando la elección final de la voluntad del
ser mortal permite que su Ajustador residente realice la asociación de la
identidad humana con el alma morontial durante la vida física, los enlaces así
consumados, entre el alma y el Ajustador residente, permiten que ambos se
dirijan independientemente hacia los mundos de estancia, hacia las moradas
superiores que esperan al hombre evolutivo, donde se promulgará la fusión
inmediata entre el alma y el Ajustador.
Si la fusión final y eterna ocurriera durante
la vida física del hombre en la tierra, los seres humanos que estuvieran
presenciando tan maravilloso espectáculo verían consumirse el cuerpo físico
material del hombre que está siendo trasladado, desaparecer en ¡carros de
fuego!.Recordemos es caso de Elías y de su ayudante,Eliseo
Los grandes días para los Espíritus
Ajustadores residentes son:
a) cuando el ser mortal llega al tercer
circulo psíquico;
b) cuando el mortal consigue el primer circulo
psíquico y puede comunicarse con su Ajustador residente y viceversa;
c) cuando finalmente el Espíritu Ajustador del
pensamiento y el alma del mortal quedan eternamente fusionados..
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