¿Quién crees que diría algo así? Ahora estoy hablando contigo, “seguidor”. Todo líder o conductor obviamente tiene que conducir a alguien y por tanto, necesita tener un seguidor. ¿Quiénes son los seguidores? Son aquellas personas que se encargan de darle cuerpo a la experiencia que el conductor concibió y dirigió… justamente para que otros aporten el potencial necesario para concretarla.
Por tanto, seguidor que buscas respuestas, probablemente te preguntes lo siguiente ¿por qué yo siempre tengo que estar dependiendo de los demás? ¿Será que nunca podré dar el primer paso? ¿Por qué siempre tengo que estar a la sombra de otros? ¿Cómo puedo ser espiritual, si siento una inseguridad que no me permite conciliar mis necesidades con las de los demás?”Tu gran potencial es justamente el espíritu de colaboración que posees. Es lo que te hace ser único y es también lo que caracteriza tu misión de vida: tu disposición a aportar la energía de necesaria cooperación que ayude a materializar un objetivo que es también compartido por otros… Por consiguiente, tu aporte se sumará al aporte de otros - que como tú - están colocando su intención al servicio de una causa compartida.
Por ende, ¿qué sería del conductor sin ti? No sería nadie. Si un líder no posee seguidores, ¿a quién podría conducir? Bajo el espíritu de la mutua colaboración - de la cual eres un verdadero experto - tú aportas al conductor lo que él necesita para materializar su misión… mientras que el conductor te aporta la enseñanza vivencial que necesitas para alcanzar tu propia visión: la visión de que tú podrías ser algo más que un cooperador, de que podrías alcanzar tu propio poder, el de dirigir tu propia vida y decidir cuándo y cómo hacer tu voluntad…
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