El Miedo ¿De qué tienes miedo? Y tú dirás: “No tengo miedo de nada, estoy listo para irme.” Te voy a decir algo: Tienes miedo de muchas cosas que ni siquiera reconoces. Y tal vez ni siquiera sepas de ellas porque están muy escondidas en tu Akasha aunque afecten cada día de tu vida. Y es por eso que muchos de ustedes son disfuncionales. Llevas contigo cosas de tu pasado que se incrustan en un lugar de tu conducta y hacen que te desvíes cuando ves venir algo que no te gusta. Eso es miedo. Tal vez no esté en el tope de la lista, pero es un miedo.
Entonces, la primera pregunta es: ¿Eso cambia quien eres, lo que podrías hacer y adónde podrías no ir? Y la respuesta es: ¡Oh, sí! Y tú dirás: “¡Espera un minuto, Kryon!” Y yo diré: Espera tú un minuto. Hablaré de eso en un minuto.
El Ego
“Bueno, Kryon, no necesitas preocuparte por eso, ya lo solucioné años atrás.” Ah, ¿de veras? Permíteme una pregunta: Cuando estás con otros Trabajadores de la Luz, ¿de qué hablas? ¿Te sientas y escuchas y te deleitas en la belleza de lo que ellos tienen para decir, o te pones a hablar de lo que estás haciendo tú? (Risa de Kryon) Hablas de cómo trabajas sobre ti mismo, sobre tus procesos. Es una forma de ego, querido, por si no lo sabías. Tal vez estés orgulloso de cuánto has logrado en tus procesos. Apenas puedes esperar para contárselo a todos. Así que te doy un ejercicio: La próxima vez que vayas a una cena, la próxima vez que salgas con amigos, he aquí tu tarea. Y averigua si te resultó fácil o difícil. No digas nada sobre ti mismo. ¡Cero! A menos que te pregunten. Esto te va a decir cuál es tu hábito. Hay algunos entre ustedes que lo tiran sobre la mesa para que todos los demás se enteren, ya sea que quieran enterarse o no. Ese es el ego de un Trabajador de la Luz orgulloso de lo que ha hecho. ¿Los Maestros de la Tierra hacían eso? Cuando se reunían con otros, ¿los oías hablar de sí mismos? La respuesta es no. Se sentaban a los pies de quienes venían a verlos, los escuchaban y enseñaban y los alimentaban. Y los amaban.
La Ira
¿Y qué hay de la ira? Y tú dirás: “Bueno, yo no me enojo muy a menudo.” Yo no te pregunté eso. ¿Qué te hace enojar y por qué? ¿Cuál es el detonante? ¿Y por qué está allí? ¿Cuál era el detonante en los Maestros? Te doy la respuesta: no tenían. No, realmente. Realmente, no. Tenían desilusión. Y las cosas que los desilusionaban eran las que los desilusionan a muchos de ustedes. La guerra desilusiona. La inhumanidad desilusiona, la falta de equilibrio desilusiona.
¿Qué te enojas? ¿Qué desata la ira en ti? Y tú sabes qué es. Si tienes alguna cosa que siempre te hace enojar, tienes algo que trabajar. Y dirás: “Espera un minuto, Kryon. ¡Eso no es culpa mía!” Y yo diré: Espera tú un minuto. Ya voy a llegar a eso.
Reacción
¿Ante qué reaccionas? ¿Qué es lo que hace que apenas puedas esperar para retrucar? Tal vez es político. Alguien dice algo y tú tienes otra cosa para decir. Reaccionas. ¿Qué te saca de tus casillas? No es ira. Es reacción. Te digo qué es la reacción: defensa. Si alguien dice algo sobre ti que no es cierto sino descaradamente falso, sea por su ignorancia o por algún malentendido, ¿reaccionas? ¿Quieres poner las cosas en su lugar, tal vez? ¿Quieres decirle qué es lo correcto, tal vez? ¿Y cuánto de eso viste en los Maestros que caminaron por este planeta, querido? Cuando los acusaban, ¿los veías estallar? ¿O darles un sermón sobre lo que estaban haciendo mal? ¡No había disparador! ¡No había reacción! ¿Te diste cuenta? Los Maestros estaban en paz completa y total. Alguien te dice algo de política… Más vale que trabajes sobre eso.- “Un momento, Kryon. ¡eso no es culpa mía!”
Emitir Juicio
Espera tú un momento. ¿Estarás juzgando a alguien o a algo?. Cualquier cosa. A cualquiera. Cuando miras a otro, ¿qué es lo primero que ves? Y tú dices: “¡Yo no soy una persona juzgadora!” Yo no te pregunté eso. ¿Qué es lo que ves? ¿Qué veían los Maestros cuando miraban a alguien? Veían a Dios en él. Es lo primero que veían. No importaba la situación, no importaba el lugar, no importaba el contexto.
Alguien te encierra en la autopista, ¿ves a Dios en él? (Risa de Kryon). ¿Entiendes lo que digo? ¿Cuál es tu disparador, querido?
Tú haces tus suposiciones y el Ser Humano tiene las suyas. De modo que ahora dejo hablar al Ser Humano y digo: “No comprendes. Ya vine con estas cosas y he tratado de erradicarlas toda mi vida. Sí, ya sé que a veces juzgo y a veces reacciono y a veces me enojo y no me puedo contener con la política. Es lo que mis padres me enseñaron y está incrustado en mi mente. No puedo evitar hacer ciertas cosas como las hago, porque es lo que soy, Kryon. ¡Soy un Ser Humano y no soy realmente un Maestro, de modo que no hay caso!” (Risa de Kryon). Porque estos son atributos humanos y yo te digo: ¡Ya era hora de que entendieras qué son! ¡Estos son engramas, una plantilla con la que viniste y que suplica que la cambies! ¡Suplica que la cambies! Para cada excusa que me das, te diré que los maestros te mirarían y dirían: No debes tenerlo. ¿Por qué no te liberas de eso? Tú supones que eso está allí para siempre. Lo adheriste a tu persona y así es como es. Y estás equivocado. (Risa de Kryon).
Entonces, lo que te digo en esta corta canalización, querido, es que cada cosa de la lista que recorreremos otra vez en un minuto, te fue dada para alterarla. Y en la alteración de estas cosas, esa recalibración de tu personalidad básica te llevará más rápido a volverte más cuántico, a moverte en tu vida hacia las cosas que realmente quieres. Despeja estos obstáculos de tu camino para que puedas avanzar en todas las cosas que hemos estado enseñando. Si no lo haces, va a ser más difícil.
Psiquiatras y psicólogos: Dios bendiga a estos Seres Humanos porque trabajan con otros Seres Humanos y tratan de ayudarlos en sus vidas. Se dedican a ellos, están absolutamente dedicados. Lo interesante de los psicólogos y psiquiatras es que la mayoría de ellos están desequilibrados (Kryon se ríe y el público también). Y eso es lo que los condujo al acertijo de ayudar a la humanidad. Saben qué se siente, porque lo ven en sí mismos, lo estudian, lo corrigen, siguen adelante, lo enseñan. Es universal, ¿saben? Pero si les preguntan qué hacen, contestan: “Trabajamos con un modelo estático de comportamiento humano. Tratamos de deshacer algunas de las cosas que ha hecho el Ser Humano. Observamos su pasado, tratamos de ponerle una vendita mediante la toma de conciencia, el darse cuenta, la práctica, la repetición, mediante un programa de 12 pasos, si es preciso, para liberarse de adicciones, de miedos, de todas esas cosas, basados en un modelo estático que no puede cambiar jamás.“ Y esa, querido Ser Humano, es la diferencia entre lo que era y lo que es. Porque ahora te estamos diciendo algo y vamos a recorrer la lista otra vez.
¿Ha ocurrido algo en tu vida que pueda reescribirse? No puedes cambiar el pasado, pero sí puedes cambiar la forma en que reaccionas ante él. Las mismas cosas que usas como excusa para lo que haces van a pertenecerles a otros humanos, no a ti. Porque empezarás a reescribir los verdaderos engramas de tus rasgos de personalidad para representar adecuadamente a los Maestros de la Historia. Cuando empieces, descubrirás que no es tan difícil como temías. Todos los miedos que llevas en el subconsciente se basan en las experiencias de vidas pasadas. ¿Qué evitas? ¿Qué es lo que no quieres hacer? Todas estas cosas, algunas inexplicables para ti, pueden despejarse.
Te hemos dado el proceso antes. Se empieza preguntando activamente. Entonces empiezas a practicar estas cosas y a entrar en aquellos lugares adonde no quieres entrar. Empiezas a dirigirte activamente a esas regiones a las que nunca irías. Si eres tímido, empezarás a hablar con las personas sin que ellos te pregunten cómo estás. Pronto encontrarás que es más fácil de lo que pensabas. Pronto dejarás de desviarte de lo que ves venir. Porque eso es lo innato en tu cuerpo: la inteligencia de tu cuerpo comienza a cooperar con ese deseo de erradicar los miedos subconscientes y ellos desaparecerán. Lo garantizo. No los vas a cubrir con un programa. Se van a ir. Porque vas a reescribir la información que solía estar allí con la información nueva que vas a crear.
El ego nunca será un problema. Estarás orgulloso de tí mismo de una manera apropiada y nunca tendrás que contarle a nadie lo orgulloso que estás porque el Espíritu lo sabe y está orgulloso. ¿No te alcanza con que el amor de Dios te lleve de un lugar a otro y te diga: ¡Dios te bendiga, estamos muy orgullosos de ti, te amamos!? Eso debería ser suficiente. No necesitarás contarle a nadie ninguna cosa que hayas hecho, a menos que te lo pidan. No sentirás el deseo de divulgarlo y no querrás hacerlo. Nunca más abrirás una conversación con “he aquí quién soy, he aquí lo que hago y lo que hice.” Tal vez en las guías de autoayuda: He aquí cómo me ayudé. No lo necesitarás, porque estarás completo.
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