Entonces voy a pedirte que, al irte de este
lugar, redefinas lo que es adiós. No hay adiós. Toda esta idea del tiempo que
tiene un comienzo y un final para ti, y en tal grado vives según ella que sabes
que está llegando, sabes cuándo viene el final, lo esperas, esperas que todo
tiene que llegar a un final. ¿Y qué pasa si estás en un error? ¿Qué pasa si, en
cambio, hay ciclos de vida? No muerte. Y cuando termina un ciclo, otro continúa
a partir de ese punto. Pregúntale a la Tierra, si cuando el Sol se oculta, todo
se termina. Pregunta a la tierra aquí, cuando las estaciones han pasado por sus
seis etapas, ¿se terminaron? Pregunta al planeta mismo, mientras se mueve
alrededor del sol, en qué punto termina. Y tendrás una actitud totalmente
diferente, querido ser humano (se ríe).
Quiero que redefinas el adiós. Quiero que lo
hagas tan profundamente que te afecte desde este día en adelante, y no me
refiero a decir adiós esta noche. No hay adiós. Escucha: hay realidad y
singularidad aquí; nunca habrá un tiempo exactamente igual a éste. Es una
instantánea de la historia humana para los pensadores esotéricos, para esta
tierra; nunca habrá un tiempo exactamente igual a éste, con la reunión de almas
que están aquí; nunca.
Y algunos dirán: "Ellos ansían esta
singularidad porque cuando digamos adiós se terminó." Y me gustaría
decirte: ¡Ay, qué humano de tu parte! No se terminó. Pregunta a la tierra
cuándo se termina. ¿Sabías que mucho después de tu sueño, lo que ha sucedido
aquí mismo permanecerá aquí? Y que las energías de confluencia aquí celebrarán
a cada alma que estuvo aquí y continuarán, ¡se vuelve historia! Y la historia
está viva, nunca se va, ¡nunca se va! No está sostenida por un reloj, ¿lo ves?,
es energía. Y la energía tiene ciclos, la energía no tiene muerte, la energía
no tiene adiós. Cada momento, en cualquier punto de tu vida por el resto de tu
vida, puedes sentarte aquí porque lo has vivido. Y puedes estar en silencio y
recrear este momento, con mi voz, en esta hermosa noche con el viento y las
estrellas y la luna, y todos los que están contigo. Eso es energía; no se va.
Porque ha sucedido; por lo tanto, es.
No hay adiós y nunca hay un momento en que eso
se deteriora por el paso del tiempo; está siempre fresco, como nuevo. Y en
prueba de eso, les pregunto: ¿Qué es fresco hoy para ti, que ha sido hermoso y
encantador? Lo llevarás por el resto de tu vida; no disminuye con el tiempo.
Pero hay entre ustedes quienes han aceptado el
tiempo que es humano, y a puertas cerradas lloran a los que se han ido, a los
que amaron y perdieron, todos ustedes, y a los que amarán y perderán en el
futuro, todos ustedes, ¡y les digo que ellos no se han ido! Están aquí y el
ciclo continúa, y su belleza continúa porque ellos son lo que son. Ustedes son
historia, y nadie puede arrebatarte eso.
No hay adiós, la puerta no se cierra, queridos,
¡a menos que ustedes la cierren! Y si la cierran, es porque han aceptado el
reloj, porque ese es el sesgo del humano. Estos son principios avanzados y
conceptos que se han enseñado por milenios. Algunos de los pensadores
espirituales originales del planeta, los más sabios, saben sobre los ciclos, y
con su último aliento tienen una sonrisa, básicamente, y un guiño (se ríe).
"¡Volveré!" ¡Ellos saben! ¡Algunos de ellos conocen esto tan
profundamente que saben quiénes van a ser! No hay adiós.
El ciclo es de renovación y sabiduría. La
precesión de los equinoccios que puedes ver en la Vía Láctea proclama la
llegada de una nueva clase de ciclo. Y estás aquí para experimentarlo, querida
alma antigua. En la pureza que está aquí y la enseñanza que se les puede dar a
través de quienes han pasado miles de años vigilando la tierra para asegurarse
de que estuviera preparada para que ustedes estuvieran aquí y la vieran. Ahora
bien, eso no es un cierre.
Quiero que se vayan de este lugar en silencio
y sin un adiós. Quiero que lo conserven en la mente al grado que puedan. Quiero
que puedan recobrar las partes buenas que recuerden. Quiero que sean capaces de
sonreír, años más adelante, sin ninguna tristeza, porque esto todavía vive en
la tierra. ¿Pueden hacer eso? ¿Pueden ir más allá de lo que les enseñaron? ¿Son
capaces de no decir nunca adiós, no importa qué pase?
Esto es la sabiduría del alma antigua
fructificando en estos tiempos. Felicitaciones por la sincronicidad que los
trajo aquí, porque hay quienes necesitaban oír estas cosas, experimentar estas
cosas, oír estas cosas, y sentir la tierra. Y algunos de ustedes tenían
visiones; sabemos quiénes son. Otros han sentido la dulzura, y sabemos quiénes
son. Otros han sentido levantarse la frustración, y sabemos quiénes son. Y
luego están los pocos que recibieron el impacto incluso en el momento y no
tenían idea de lo que estaba pasando (se ríe). Pero ya la tendrán, oh, sí, la
tendrán. El amor de Dios es así. Se sorprenderán cuando la Roca los llame,
estando a miles de kilómetros de distancia.
Lo que han experimentado aquí es real. Y no
hay adiós. No hay adiós.