lunes, 19 de diciembre de 2016

L.U. No es bueno para el mortal estar solo

Muchos nobles impulsos humanos perecen porque no hay nadie que escuche su expresión. De veras, no es bueno para el hombre estar solo. Cierto grado de aprobación y cierta cantidad de apreciación son esenciales para el desarrollo del carácter humano. Sin el amor genuino del hogar, ningún niño puede lograr el desarrollo pleno de un carácter normal. El carácter es algo más que mente y sentimiento moral. De todas las relaciones sociales calculadas para desarrollar el carácter, la más eficaz e ideal es la amistad afectuosa y comprensiva del hombre y la mujer en el abrazo mutuo del matrimonio inteligente.
 El matrimonio, con sus múltiples relaciones, es el mejor medio para traer a la superficie esos preciosos impulsos y esos motivos más elevados que son indispensables para el desarrollo de un carácter fuerte. No vacilo en glorificar así la vida familiar porque vuestro Maestro eligió sabiamente la relación padre-hijo como la piedra angular misma de su nuevo evangelio del reino. Y tal incomparable comunidad de relación, el hombre y la mujer en el abrazo afectuoso que expresa los más altos ideales del tiempo, es una experiencia tan valiosa y satisfactoria que para obtenerla vale la pena cualquier precio, cualquier sacrificio.

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