jueves, 29 de junio de 2017

Jesus:¿Cuál es la verdad sobre las escrituras?

Yo no contemplo las Escrituras, como lo hacen los rabinos.Las palabras de la ley de Moisés y las enseñanzas de las Escrituras no existían antes de Abraham. Sólo en tiempos recientes se han recopilado las Escrituras en la forma como las conocemos. Aunque contienen los mejores pensamientos y los anhelos más elevados del pueblo judío, también contienen mucho que está lejos de ser representativo del carácter y de las enseñanzas del Padre en el cielo; por lo tanto, yo debo elegir, entre las mejores enseñanzas, aquellas verdades que han de recogerse para el evangelio del reino.Estos escritos son obra de los hombres, algunos santos, otros, no tan santos. Las enseñanzas de estos libros representan el punto de vista y el nivel de esclarecimiento de los tiempos en los que se originaron. Como revelación de la verdad, los más recientes son más confiables que los más antiguos. Las Escrituras contienen errores y su origen es puramente humano, pero ten la seguridad de que constituyen la mejor recopilación de sabiduría religiosa y verdad espiritual que hay en el mundo entero en este momento.Muchos de estos libros no fueron escritos por las personas cuyos nombres llevan, pero eso no disminuye de ninguna manera el valor de las verdades que contienen. Aunque la historia de Jonás no fuera un hecho, aun si Jonás no hubiera existido, la profunda verdad de este relato, el amor de Dios por Nínive y los así llamados paganos, no sería menos preciosa a los ojos de todos aquellos que aman a sus semejantes. Las Escrituras son sagradas porque presentan los pensamientos y acciones de los hombres que buscaban a Dios, y que nos dejaron en estos escritos sus más elevados conceptos de rectitud, verdad y santidad. Las Escrituras contienen mucho que es verdad, mucho, pero tú ya sabes, a la luz de las enseñanzas que habéis recibido, que estos escritos contienen también mucho que tergiversa la imagen del Padre en el cielo, el Dios amante que yo he venido para revelar a todos los mundos.
«No se permitan ni por un instante creer en aquellos documentos de las Escrituras que dicen que el Dios del amor ordenó a tus antepasados que salieran a batallar para destruir a todos sus enemigos: hombres, mujeres y niños. Estos documentos son palabras de hombres, hombres no muy santos, no son la palabra de Dios. Las Escrituras siempre reflejaron y siempre reflejarán el estado intelectual, moral y espiritual de los que las crean. ¿Acaso no han notado que los conceptos de Yahvé crecen en belleza y gloria a través de los escritos de los profetas, desde Samuel hasta Isaías? Y que el propósito de las Escrituras es la instrucción religiosa y la guía espiritual. No son obra de historiadores ni de filósofos.Lo más deplorable es, no solamente esta idea errónea de la perfección absoluta de las Escrituras y de la infalibilidad de sus enseñanzas, sino más bien la confusa y errónea interpretación de estos escritos sagrados por los escribas y fariseos de Jerusalén, esclavos de la tradición. Ahora pues, emplearán ellos tanto la doctrina de inspiración de las Escrituras como sus propias tergiversaciones para resistirse decididamente a las enseñanzas más nuevas del evangelio del reino.No olviden jamás que el Padre no limita la revelación de la verdad a una sola generación ni a un solo pueblo. Muchos buscadores sinceros de la verdad se han encontrado confundidos y desilusionados por esta doctrina de la perfección de las Escrituras, y lo estarán también en el futuro.
Tomado del Libro de Urantia


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