El evangelio según Juan relata gran parte del trabajo de Jesús en Judea y alrededor de Jerusalén que no se menciona en los otros escritos. Éste es el así llamado evangelio según Juan el hijo de Zebedeo, y aunque Juan no fue el autor, sí fue su inspirador. Desde el principio ha sido corregido repetidamente para que pareciera escrito por Juan mismo. Cuando se escribió esta narrativa, Juan tenía los otros evangelios, observando que se habían omitido numerosos hechos; por eso, en el año 101 d. de J.C. le propuso a su colaborador Natán, un judío griego de Cesarea, que emprendiera la tarea de escribir. Juan proporcionaba el material de su memoria y en los tres evangelios ya existentes. No tenía escrito nada sobre el tema. La epístola denominada «La primera de San Juan», fue escrita por él mismo como una carta explicatoria del trabajo que Natán había ejecutado bajo su dirección.
Todos estos autores describían honestamente a Jesús tal como ellos lo habían visto, lo recordaban o habían sabido de él, y a medida que su concepto de estos distantes acontecimientos había sido afectado por la subsiguiente adopción de la teología paulina del cristianismo. Estos escritos, a pesar de todas sus imperfecciones, han bastado para cambiar el curso de la historia de nuestro mundo durante más de dos mil años.
Tomado del Libro de Urantia
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