martes, 25 de junio de 2013

El Espíritu y la carne

La carne, la naturaleza inherente derivada de las razas de origen animal, no da naturalmente los frutos del Espíritu divino. Cuando se mejora la naturaleza mortal con el agregado de la naturaleza de los Hijos Materiales de Dios, así como nuestras razas se mejoraron hasta cierto punto por el otorgamiento de Adán, entonces el camino está mejor preparado para que el Espíritu de la Verdad coopere con el Ajustador residente para producir la hermosa cosecha de los frutos de carácter del espíritu. Si nosotros no rechazamos a este espíritu, aún se necesita la eternidad para ejecutar la misión, «él os guiará hacia toda la verdad».
 Los mortales evolucionarios que habitan en otros mundos normales de progreso espiritual no experimentan los agudos conflictos entre el espíritu y la carne que caracterizan a las razas de hoy en día en nuestro mundo. Pero aun en los planetas más ideales, el hombre preadánico debe esforzarse positivamente para ascender desde el plano puramente animal de la existencia por los sucesivos niveles de significados cada vez más intelectuales y valores espirituales más elevadosLos mortales de un mundo normal diferente al nuestro,no experimentan una constante lucha entre sus naturalezas material y espiritual. Se enfrentan a la necesidad de subir desde los niveles animales existentes hasta planos más altos de vida espiritual, pero este ascenso más se parece a un curso de capacitación si se lo compara con los intensos conflictos de nosotros los mortales en este reino de divergentes naturalezas material y espiritual.
Tomado del Libro de Urantia

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