sábado, 16 de mayo de 2015

Kryon-La sabiduría del Divino Femenino

A la capa número 11 del ADN se la define como la sabiduría del divino femenino. Ahora, aquí es donde perdemos a todos los hombres. [Risas] Porque en 3D, en realidad no quieren eso, ¿o sí, hombres? Es porque piensan en cosas delicadas, cosas femeninas. Ustedes son hombres, y la energía de esta capa no parece estar necesariamente acorde con su género [parte de un hombre]. Sin embargo, eso es muy 3D, y no es así. En primer lugar, todos ustedes han sido los dos géneros. Ya lo saben, ¿no? Se turnan. Hemos hablado de esto muchas veces. Deben saber que esto es parte del sistema. Desarrolla el equilibrio a través de muchas expresiones y encarnaciones de quiénes son hoy. A menudo la mujer tiene energía guerrera, el hombre tiene la madre que es suave. Está en todos ustedes. Todos ustedes son una mezcla, así que puedo hablar del sabio, divino femenino y me dirijo a cada uno en esta sala, porque no hay ningún género con Dios. Así que voy a definir esta energía sabia y divina de una manera que van a entender.
En primer lugar, ¿qué es la sabiduría del divino femenino? En pocas palabras, ¿qué es esa sabiduría? ¿Qué es eso tan importante para este año? Hablemos acerca de la funcionalidad de lo que es y de la sabiduría del divino femenino. Sobre todo, es compasión. Ésa es la palabra clave, y lo han escuchado antes, ¿no es verdad? Compasión. ¿Qué tipo de compasión?, podrían preguntar. ¿Compasión por otras personas? Sí. Pero es más que eso. Y se los voy a explicar en conceptos que van a comprender.
La razón por la que la compasión y la sabiduría están ligadas a lo femenino es la que les voy a dar ahora. Ustedes tienen un gran ejemplo que todos van a entender, hasta los hombres en esta sala, porque incluso ellos han tenido esta experiencia. Alma vieja, te encuentras en un cuerpo masculino y estás orgulloso de él, pero has tenido la experiencia del sabio, divino femenino y cuando empiece a hablar de eso, vas a recordar. Se trata de dar a luz.
La Metáfora de la Madre y el Niño
No hay nada como eso, como dar a luz a un niño. Eso graba la experiencia en la conciencia de cada Ser Humano que está alrededor de ella del modo que sea. Cuando los ángeles rodean la cama cantando, y se oye ese primer llanto del niño, ¡hay tanta dicha! Y si tienen la suerte de colocar a este niño en el pecho de su madre y tal vez él alce la mirada un momento, es el primer contacto visual. ¡No hay nada como eso en el planeta!
Así que ahora quiero hablar de eso. ¿Cuánto amas a este niño, mamá? ¿Cuánto le darías a esa energía en una escala del uno al 100? Las madres en esta sala están diciendo: “Ciento veinte.” No hay nada como eso. La creación de la vida es impresionante y magnífica. Representa todo el patrón de ustedes en el niño. Todas las cosas apropiadas que se presentaron, y el niño es perfecto. Esotéricamente, aquí está el hijo que esperaban. Esotéricamente, incluso podría ser un pariente del pasado. Así es como funciona. Ya saben eso, ¿no? Esotéricamente, el niño los eligió a ustedes. Esotéricamente, ustedes lo eligieron.
Así que ese momento es mágico y si comprenden estas hermosas mecánicas espirituales, es aún más mágico. Pero incluso si ignoran totalmente cualquiera de estas cosas, sigue siendo mágico. Porque entre el bebé y la madre existe un amor dinámico y multidimensional que no se puede describir. Es universal y mundial.
Ahora, vamos a darles el ejemplo de una situación imaginaria. Mientras observamos este amor, voy a darles una metáfora para que la consideren. Quiero darles un ejemplo de la compasión de la madre sabia y divina. No es sólo la compasión por otros Seres Humanos en el planeta, es la compasión por Dios. Es la compasión por la relación de la dualidad, aquello que es divino en el Humano. Representa el cordón de amor entre la madre y el hijo que es el amor compasivo. También representa la comunicación entre ustedes y Dios, el cordón entre nosotros. Ésa es la metáfora. Al resolver quién es Dios en su vida y dentro de su cuerpo, todo lo demás empieza a aclararse.
Así que vamos a jugar con esta situación imaginaria. En este momento mágico, digamos que de repente el niño no tiene edad y es inteligente. Súbitamente, el tiempo se suspende. Súbitamente, ¡el niño comienza a hacerles preguntas! Así que por un momento, el niño les va a preguntar quiénes son ustedes y qué quieren. Ahora bien, no se equivoquen acerca de lo que implica la metáfora, porque lo que la madre le va a decir a este niño es lo que quiero decirles a todos y a cada uno en esas sillas acerca de ustedes y Dios. Así que escuchen este intercambio entre la madre y el hijo, en representación del sabio, divino femenino.
El niño le habla a la madre: “Mamá, ¿cómo va a ser mi vida contigo? ¿Quién eres realmente? ¿Qué vas a hacer?”    Piensen por un momento cuál sería su respuesta. Les preguntamos, ¿sería esta?
La madre mira a su hijo recién nacido en su pecho y le dice: “Bueno, lo primero que voy a hacer es mantenerme en secreto para ti. Vas a tener que trabajar muy duro para descubrir lo mucho que te amo. Voy a tener que encasillarlo y ponerlo en lugares donde tendrás que buscar y buscar hasta encontrarlo. Estará en la oscuridad, apartado sólo para otros Humanos, no para ti. Habrá muchos secreto, y tal vez nunca me encuentres.”    ¿Vas a decirle eso a tu hijo, mamá? ¿Es ése el mensaje? ¿O vas a decirle lo contrario?
“¡Yo estoy aquí para ti, estoy aquí para ti! Estoy totalmente abierta para ti y voy a estar contigo toda tu vida Nunca vas a tener que buscarme, porque estaré a tu lado amándote y protegiéndote. Nunca será un secreto dónde estoy... ¡ningún secreto! Sin importar lo que te digan, o lo que otros puedan pensar, ¡estoy aquí!”
Ésa es la verdad de lo que le vas a decir a ese ser especial con tu sangre que acaba de llegar, ¿no es cierto? El niño suspira y te abraza más fuerte. Es la verdad.
“¡Cuéntame más, mamá! ¿Qué más?       Mamá, entonces mirarías a tu hijo a los ojos y dirías: “Ahora bien, además, para que puedas tener una buena relación conmigo, quiero que sufras un poco. No sólo eso, habrá algunos atributos de rendimiento... unos cuantos miles de escalones que subir. Voy a querer aplastarte unas cuantas veces para que te sientas incómodo y miserable y dudes de tu valía. Luego, si no te portas bien, te abandonaré.”       ¿Vas a decirle eso? La respuesta es ¡NO! ¡Y quiero decirles que Dios tampoco les dice eso a ustedes!
Escúchame, Ser Humano, esto no tiene por qué ser difícil. Los Seres Humanos le han puesto reglas humanas a Dios. ¡Han hecho de Dios un Ser Humano, incluso le han dado a Dios un género biológico humano, hasta han puesto guerras en el cielo! ¡Han hecho muchas otras cosas para humanizar al Creador del Universo! No se lo crean. Utilicen su propia lógica espiritual. Ésta no es nuestra relación, alma vieja, y nunca lo ha sido.
Quiero que se vayan de este lugar sabiendo quiénes son: El niño recostado sobre el pecho del Creador Todopoderoso, mirando a Dios a los ojos.     Vamos a formular la siguiente pregunta, pero esta vez la metáfora se diluye. Esta vez, son ustedes y Dios: “Dios, ¿qué quieres? ¿Qué quieres de mí?”
“Quiero que me ames toda tu vida. Sé que habrá momentos difíciles y habrá momentos en que no comprenderás lo que está pasando. Sé que eres un niño y vas a tener dolores de crecimiento. Sé que habrá momentos en los que te alejarás de mí y regresarás. Pero quiero que sepas que yo siempre estoy aquí. Y mi mano está siempre tendida para ayudarte a atravesar la oscuridad. Puedes llamarme en cualquier momento.” Y esa, queridos, es nuestra relación con ustedes.
Yo represento a una parte del otro lado del velo que puede hablar abierta y libremente a las almas viejas en este lugar, y digo: “Ésta es nuestra relación de compasión.” Y de eso se trata este año.
“¿Qué más, Dios, qué más quieres?” ¿Qué diría la madre a lo largo de varios años? Es lo mismo para nosotros. El hijo crece y la madre dice: “Bueno, ¿por qué no vienes a cenar más seguido?” Incluso cuando el hijo tiene su propia vida y lo ha comprendido todo y hasta tiene su propia familia, la madre continúa el amor y dice: “¿Por qué no me llamas de vez en cuando?”
Eso es lo que quiero darles en este momento. Eso es lo que van a decirle al hijo, ¿no es cierto? El hijo es el amor para toda la vida. ¿Podría ser más sencillo? ¿Podría ser más profundamente puro? ¿Por qué la humanidad coloca a Dios en una caja, atrapado en forma humana, con atributos humanos tales como el género, el juicio, la envidia, la venganza y el castigo? ¡Nosotros no somos así! Somos los creadores de todo lo que es, incluyendo lo bello que es el Ser Humano.
Esos atributos negativos y espantosos no son lo que vas a decirle a tu hijo, ¿Mamá? ¿Papá? ¡Nosotros tampoco! Así que la palabra es compasión. Responde al 11 en el 2011, y responde a lo que es 11 en el ADN, y responde a esa energía con la que están trabajando ahora. Porque cuando tienen la compasión de la madre, del sabio y divino femenino, esa polaridad suya entre Dios y el Humano ya no se llamará más dualidad. Más bien, es una singularidad que es ustedes y Dios como uno solo.
Queridos, todo el mundo lo verá en su rostro. Ahí es cuando comienza la sanación por la que han venido. Entonces se resuelven los problemas. Ahí es cuando empiezan a plantar las semillas de la paz en la Tierra.
¿Por qué no aceptan nuestra oferta? ¿Por qué no nos llaman de vez en cuando? [Risas] ¿Esta noche, quizás? ¿Les costaría mucho levantar las manos al cielo y decir: “Te amo, Dios”? No se sorprendan si sienten nuestra mano en la suya, diciendo: “Ya era hora de que llamaras.”
Manténganse centrados, sean compasivos. Oh, habrá distracciones, almas viejas, porque están en una batalla. Les dijimos que así sería. Esta batalla es entre la energía vieja y la nueva, y no es agradable. Algunos de ustedes están pasando por cosas que no esperaban. Permanezcan centrados. Lo que está en ustedes, que es Dios, sigue siendo su energía progenitora. Las semillas están ahí y siempre estarán ahí, como el creador de todo lo que es. El amor es eterno, y ahora lo he dicho, y lo han escuchado muchas almas viejas que necesitaban oírlo.

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