Con poco se hace mucho. Terminaré de esta
manera. Hace más de veinte años, me senté en una silla como ésta, con mi socio;
por primera vez él abría la boca ante un grupo. Lo dicho se grabó, algunas
palabras sí, otras no, en casetes; era lo que tenían en ese tiempo. Una de las
primeras metáforas que él dio se llamó "la habitación a oscuras." La
vuelvo a dar. Porque ahora - entre todas las épocas del planeta - ahora
necesitan oírla otra vez.
La dinámica de la oscuridad y la luz no tiene
que ver con cantidades.
Estás en una habitación y está oscura, llena
de seres humanos, tan oscura que se chocan unos con otros. Da miedo no poder
ver quién está a tu lado, a quién representan, cuán grandes son, de qué sexo,
tú no lo sabes, nosotros no lo sabemos. Te sientes solo, te aferras a tu vecino
y se toman de las manos. Descubres que otros se toman de las manos; mientras se
toman de las manos están seguros, no se chocan con otros porque no saben qué
tienen y qué no. Los otros quieren tus recursos, de modo que mejor si ustedes
se juntan y tal vez construyen una pequeña ciudad propia y la rodean de muros
para que ellos no los dañen. No pueden verlos, podrían ser cualquier cosa.
Puede que tengan armas, que sean oscuros. No lo saben, no pueden verlos.
Durante cientos de años ésta ha sido la consciencia del planeta. Se separan, se
combinan, se defienden y conquistan. En esta habitación oscura de pronto entra
un trabajador de luz. Enciende un fósforo. ¡No es mucho! Pero si estás en una
habitación oscura, una pequeña luz hace una gran diferencia. Repentinamente la
habitación, toda ella, no está inundada de luz pero permite ver tenuemente a tu
alrededor; puedes ver bien a tus vecinos, son como tú. Los humanos comienzan a
bajar las paredes, rompen el círculo. Dejan de tomarse de las manos, encuentran
otras manos para tomar, encuentran que los otros círculos son como el suyo.
Quieren saber de dónde vino la luz, no conocen ni el nombre del que llevaba el
fósforo, ¿verdad? ¿El del fósforo tenía una doctrina? ¡No! ¿Tenía una
organización? No. ¿Qué tenía el que llevaba el fósforo? ¡Luz! Y ellos quieren
más. Miran al del fósforo y dicen: "Yo puedo hacer eso! Toman fuego de su
fósforo y encienden algo. De pronto hay más luz. Otros acuden y encienden algo
a partir del fósforo. De pronto hay más luz. Ahora pueden verse claramente unos
y otros. Ahora ya no hay razón para temer.
Esta es la metáfora de la consciencia que
aumenta lentamente en el planeta. Desde hace veinte años. La dimos entonces,
porque sabíamos qué pasaría hoy. Si haces brillar tu luz por tu forma de
actuar, y evitando caer en el miedo, todo el mundo estará más iluminado gracias
a eso. La oscuridad, la pandemia, nada de eso sobrevivirá a tu luz. ¡Nada! Esa
es la verdad. Quiero que la lleves a casa.
Es profunda, ¿verdad? Te dije que esto
vendría. Aquí está. Ahora, disípalo. Acabo de decirte cómo. Estás ganando la
batalla, querido. No mires las noticias (se ríe) Te van a asustar. Ese es su
trabajo; compréndelo.
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