Los universos del tiempo y el espacio se desarrollan paulatinamente; la progresión de la vida —terrestre o celestial— no
es ni arbitraria ni mágica. Puede que la evolución cósmica no sea siempre
comprensible (pronosticable), pero es estrictamente planeada, no accidental.La
unidad biológica de la vida material es la célula protoplásmica, la asociación
colectiva de energías químicas, energías eléctricas y otras energías básicas.
Las fórmulas químicas difieren en cada sistema, y la técnica de la reproducción
de la célula viva es ligeramente diferente en cada universo local, pero los
Portadores de Vida son siempre los catalizadores vivientes que inician las
reacciones primordiales de la vida material; son los instigadores de los
circuitos de energía de la materia viva.Todos los mundos de un sistema local
revelan un parentesco físico inconfundible; sin embargo, cada planeta tiene su
propia escala de vida, y no existen dos mundos que sean exactamente idénticos
en sus dotaciones vegetales y animales.
Estas variaciones planetarias en los
tipos de vida del sistema son el resultado de las decisiones de los Portadores
de Vida. Pero estos seres no son ni caprichosos ni antojadizos; los universos
son dirigidos de acuerdo con la ley y el orden. Las leyes de Nebadon son los
mandatos divinos de Salvington, y la orden evolucionaria de vida en Satania
está de acuerdo con el modelo original evolucionario de Nebadon.La evolución es
la regla del desarrollo humano, pero el progreso mismo varía grandemente en los
distintos mundos. La vida a veces se inicia en un centro, a veces en tres, tal
como sucedió en nuestro mundo. En los mundos atmosféricos generalmente tiene un
origen marino, pero no siempre; mucho depende del estado físico de un planeta.
Los Portadores de Vida tienen gran libertad en su función de dar inicio a la
vida.
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