Permitan que les hable sobre la percepción que tenemos... algo que es
divertido para el Espíritu. Surge cuando observamos lo que hacen los Humanos.
Los Humanos tienden a relacionar todos sus éxitos y fracasos con algo que está
por encima o por debajo de ellos, siempre se trata de un poder externo. Y
prevalece mayormente entre los Humanos espirituales. Cuando ocurre algo
maravilloso, dicen: "Dios me bendijo. Hoy Dios me concedió un milagro.
Ocurrió algo bueno". Y cuando ocurre algo espantoso, dicen: "Hoy me
visitó el diablo. Me derrumbó. Hoy ocurrieron cosas malas. La culpa es de
Satanás". Por lo tanto, el Humano cree que está ahí sentado, incapaz de
hacer nada, y que siempre existe una especie de contienda constante, de tira y
afloja entre la oscuridad y la luz. Si ocurre algo bueno, es Dios. Si ocurre
algo malo, es el diablo. Y así él les asigna entidades a todas esas cosas y se
sienta ahí, neutral... ¡como si no tuviera que ver con todo eso! ¿La verdad? Ninguna
fuente externa se mantiene en un tira y afloja, se trata más bien de un
equilibrio entre la oscuridad y la luz en el interior de cada Humano y es algo
extremadamente poderoso. Se llama dualidad y es la prueba de la Tierra. Lo
hemos dicho antes: las semillas de la oscuridad y la luz residen en cada Ser
Humano.
Una vez más, el Humano tiene el libre albedrío de convertirse en la luz
más brillante o en la oscuridad más tenebrosa. Es una criatura del Espíritu y
el supremo creador de la realidad de la Tierra. Esto significa que ustedes son
los poderosos de este planeta. Lo que hacen cambia totalmente las posibilidades
de aquello que sucede en la Tierra dentro de su propia cultura, dentro de su
propio país. Ciertamente, el libre albedrío es un sistema hermoso, ¿no es así?
Cuando se vuelven compasivos, afectan a todos los que los rodean, a todos los
lugares que los rodean e incluso los ángeles que se encuentran en lugares
distantes saben lo que están haciendo.
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