Kryon-La revisión del ADN

Para ustedes y la ciencia, la premisa misma del ADN es bioquímica. Es decir, que lo que tienen en su cuerpo, lo que ustedes creen que es responsable del patrón de la vida, es totalmente explicable por medio de la ciencia a través de procesos químicos y biológicos. Pero hay atributos en el ADN que quiero volver a tratar. Hay atributos espirituales interdimensionales en el ADN que son cuánticos. La mayor parte de la química que pueden ver en el Genoma Humano está en estado cuántico. Aunque su ciencia no pueda medir el estado cuántico en este momento, ni el campo que lo circunda, hay evidencia de esto dentro del interrogante del Genoma Humano.
Les hemos dicho que el ADN de su cuerpo lleva consigo una enorme cantidad de información y energía invisibles. Hablamos del ADN como una entidad y no como una doble hélice química. Es decir, 100 billones de bucles de ADN trabajan todos juntos como una energía que se llamará “su ADN”. Este grupo es único. Tiene que serlo, porque es absolutamente, 100 por ciento, ustedes. Debido a la cuanticidad del ADN, puede contener una enorme parte de su espiritualidad. Esto se va a definir en la publicación en la que mi socio está trabajando ahora [Libro Doce de Kryon]. El ADN no sólo contiene el registro de todo lo que ustedes han sido en el planeta, sino también su relación con Gaia. Contiene todo lo que han hecho y la espiritualidad de lo que han aprendido en cada vida. Esta información está literalmente impresa dentro de él.
Ahora escúchenme: A través de los eones, ningún Humano pierde nunca ninguna revelación espiritual que haya tenido. ¿Lo entienden? Con la intención, cualquier Humano puede despertar hasta el punto en el que su ADN contenga lo que aprendió durante todas sus vidas pasadas. Ustedes despiertan al ADN mismo con su intención y la revelación de Dios en su interior. Todas las cosas espirituales que han aprendido vendrán volando de regreso y serán suyas otra vez. ¿Cómo no podrían serlo? Ustedes abrieron la puerta originalmente y ella les pertenecen. Esto tiene que ser una buena noticia para la persona que se pregunta cómo será si regresa. ¿Tendrá que empezar de nuevo? ¿Tendrá que pasar de nuevo por las cosas que ha pasado en esta vida? La respuesta es no. Queda el libre albedrío, y podrían pasar muchas vidas sin ningún tipo de búsqueda espiritual, pero en este cambio, muchos están empezando a “recordar” quiénes son y lo que saben.
Algunos de ustedes han llegado a decir que no eligen volver de nuevo porque esta vez fue difícil. Hay una sensación intrínseca, innata, en algunos de ustedes de que ésta es su última vez. Sin embargo, les diré, queridos, ¡eso es lo que dijeron la vez anterior! Esto es lo que ocurre: Lo primero que los maestros y las almas viejas quieren hacer cuando llegan al otro lado del velo, es regresar... ¡y esos son ustedes! La mayoría de ustedes lo hará y cuando lo hagan, van a retomar donde lo dejaron, no van a volver a empezar. Eso está en el ADN. Es hermoso. La sabiduría de las edades está impresa en el ADN. Es cuántico, y por lo tanto es inmenso. El cristal en la Cueva de la Creación almacena esto para ustedes y activa su ADN cuando regresan en un cuerpo humano diferente.
¿No es interesante que ahora que la humanidad vio el Genoma Humano, pueden ver cuán único es? ¿No es interesante? El ADN es totalmente único. Ningún Ser Humano tiene ADN igual a otro, ni siquiera los gemelos idénticos. Sólo una fracción es idéntica en los gemelos (menos del 5%). Pero no las partes cuánticas que no codifican proteínas. Ésas son absolutamente únicas en cada Humano.
Hay más. Dentro del ADN, están los atributos de la parte de Dios que son ustedes. La impronta del Yo Superior está allí. El nombre angelical por el que yo los llamo está allí. Ese nombre no es un nombre en linealidad ni se pronuncia en el aire con vibración. Más bien, es un nombre que nosotros cantamos en luz. Y cuando se lo pronuncia, vibra con majestad. ¡Ésa es la verdad! ¡Siéntanlo! La impronta de quiénes son realmente está ahí. Llevan con ustedes piezas y partes del linaje de otro planeta y otras áreas del Universo. La energía de quienes ayudaron a sembrar en ustedes la parte espiritual de la humanidad también está allí [Pleyadiana]. Es apropiado. Es hermoso. Es amoroso. Todo eso está ahí en su ADN, y para que esté ahí, tiene que ser una energía cuántica.
Ahora bien, hablemos nuevamente de la biología tridimensional. Cuando se completó el Proyecto Genoma Humano, se habían identificado todos los elementos químicos en la doble hélice. Es tan diminuta que esta molécula de ADN debe verse a través de un microscopio electrónico. Es tan compleja que tiene tres mil millones de partes químicas. Entonces comenzó la tarea de identificar qué hacían las partes, y los científicos comenzaron a estudiar la enormidad de lo que estaba allí. A decir verdad, buscaban lo que creaba más de 23.000 genes humanos. Así que buscaron la codificación, la codificación lineal de las proteínas para poder entender cómo funcionaban estas cosas.
Los científicos habían esperado mucho tiempo para ver “el genotipo en acción”, y lo hicieron. Pero se produjo una conmoción al ver que menos del cinco por ciento del ADN creaba genes. Ciertamente vieron linealidad y vieron la codificación en la porción de ADN con códigos de proteínas. Esta pequeña porción creaba los genes, pero el resto parecía ser aleatorio, incluso caótico. Más del 90 por ciento del ADN parecía estar enmarañado y ser inútil.
Mi socio habló hoy de eso [en una conferencia], de cuando un estado cuántico parece ser caótico. Parece ser aleatorio, pues no hay linealidad a descubrir en una verdadera realidad cuántica, ninguna en absoluto. Una de las cosas que les impide ver un estado cuántico es la tendencia a la linealidad que tienen ustedes en su realidad tridimensional. Así que, de hecho, se quedan mirando lo cuántico, pero para ustedes el concepto de lo que podría ser es invisible. Este atributo de aleatoriedad del ADN no podía tomarse a la ligera, pues la ciencia estaba viendo algo que era inexplicable. ¡Imagínense! ¡El 90 por ciento del ADN parecía no hacer nada en absoluto! Los biólogos sabían que no era así, pero simplemente no había ninguna explicación disponible.