Cuando
civilizaciones antiguas vivían en un mundo ideal, civilizaciones con las que
ustedes están ligados genéticamente, como lemures, atlantes y otros, habitaban
esta tierra solo ocupando los planos más elevados. El mito del hundimiento de
sus paraísos sobre la tierra significa la conexión de su genética con vuestras
genéticas, porque este cuerpo que habitas era el de un animal y ahora es el de
un dios iluminado, y ese ha sido el hundimiento y el infierno, un camino largo
en el que experimentáis lo que es el caos y podéis ordenarlo.
Ahora que el caos
está experimentado, encuentra otro camino, encuentra la contemplación de lo
divino en la conexión con el Yo Soy, porque a través de ella tu capacidad para
ordenar y transformar la materia quedará patente en las próximas generaciones,
en una auténtica revolución no solo de la conciencia sino también de la
materia. Por eso te pido que vivas largos años, que estés aquí por mucho
tiempo, para que tú protagonices esa revolución de materia y conciencia. Yo
habito desde tu sabiduría hasta tu sexualidad. Yo Soy el corazón de la tierra,
la madre inmensa que ha parido cada una de las células de tu cuerpo y amamanta
cada uno de tus pensamientos. ¿Por qué no te entregas ahora?
Derrama tus
lágrimas sobre la tierra, de ellas nacerá la nueva conciencia. ¡Derrama tus
lágrimas sobre la tierra, el poder que buscas está en ella, tu poder es ella!
Si tú eres un trabajador para la luz, no eres nada distinto de la tierra; ni
más ni menos, eres la tierra, porque el amor une, funde, todo cuanto existe en
ella.
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