En estos días hay muchos niños a nuestro alrededor, y es bueno observar
a estos niños, son maestros para nosotros. Son la imagen de Dios. Estos niños
no necesitan juzgar si es bueno o es malo, no necesitan explorar la moralidad
de ninguno de nosotros, no nos van a juzgar, a explorar, porque sabremos
quiénes son con solo mirarlos. Y en este mirarlos y reconocerlos está
exactamente el atributo principal de Dios.
En los niños que vienen hay unas pautas de luz y de conciencia que
trascienden la inteligencia a la que estamos acostumbrados. Cuando pensamos que
los niños pierden su cerebro con las nuevas tecnologías,en realidad están dando
un gran salto para saber quién es la humanidad realmente. Están dando un gran
salto que les permite averiguar en cualquier momento cuál es la necesidad de
luz y de armonía en el planeta.
En sus cerebros gracias a las redes de la tecnología hay una conciencia
de globalidad, de totalidad, que jamás ha poblado en ninguna generación en este
planeta. En esta nueva conciencia es que tiene que nutrirse a través de estos
niños los continentes más atrasados actualmente, porque cuando los estados
intentan imprimir la democracia en países de estos estados fundamentalmente lo
que hacen es llevar redes de información nuevas, redes que permiten expandir el
cerebro y los conocimientos de estos seres que hasta ahora vivían en el
aislamiento. Así habrá gran parte de estos niños que están creciendo, que en su
mayoría de edad habitarán los continentes mas atrasados del planeta. En estos
niños que hoy crecen,hay la capacidad para llevar herramientas, conocimientos
suficientes para hacer la unidad del planeta .
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