jueves, 7 de diciembre de 2017

El L.U.-Los estímulos para el crecimiento espiritual

Los hábitos religiosos de pensamiento y actuación contribuyen a la economía del crecimiento espiritual. Se pueden desarrollar predisposiciones religiosas para reaccionar favorablemente a los estímulos espirituales, un tipo de reflejo condicionado espiritual. Los hábitos que favorecen el crecimiento religioso comprenden la sensibilidad cultivada hacia los valores divinos, el reconocimiento de la vida religiosa en otros, la meditación reflexionante sobre los significados cósmicos, la solución adoradora de problemas, el compartir la vida espiritual con los semejantes, el evitar el  para el crecimiento espiritual, negarse a presumir la misericordia divina, viviendo como en la presencia de Dios.
 Los factores del crecimiento religioso, pueden ser intencionales, pero el crecimiento mismo es invariablemente inconsciente.La naturaleza inconsciente del crecimiento religioso no significa que éste sea una actividad que funciona en los dominios supuestamente subconscientes en el intelecto humano; más bien significa las actividades creadoras en los niveles superconscientes en la mente mortal. La experiencia de la realización de la realidad del crecimiento religioso inconsciente es una prueba positiva de la existencia funcional de la superconciencia.El desarrollo espiritual depende, en primer lugar, del mantenimiento de una conexión viva espiritual con las verdaderas fuerzas espirituales, y en segundo término, de la producción continua del fruto espiritual: el prodigar a los semejantes lo que se ha recibido de los benefactores espirituales. El progreso espiritual está predicado en el reconocimiento intelectual de la pobreza espiritual combinado con la autoconciencia del hambre de perfección, el deseo de conocer a Dios y de ser como él, el propósito sincero de hacer la voluntad del Padre en los cielos.
El crecimiento espiritual es en primer lugar, el despertar a las necesidades, luego el discernimiento de los significados y finalmente el descubrimiento de los valores. La prueba de verdadero desarrollo espiritual consiste en la exhibición de una personalidad humana motivada por el amor, activada por el ministerio altruista y dominada por la adoración sincera de los ideales de perfección de la divinidad. Y toda esta experiencia constituye la realidad de la religión, en contraste con las meras creencias teológicas.La religión puede progresar a ese nivel de experiencia en el que se vuelva una técnica esclarecida y sabia de reacción espiritual al universo. Tal religión glorificada puede funcionar en tres niveles de la personalidad humana: el intelectual, el morontial y el espiritual; sobre la mente, en el alma en evolución y con el espíritu residente,la presencia de Dios en cada uno de nosotros.
Tomado del Libro de Urantia

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