viernes, 26 de julio de 2013

La dispersión de las razas de color

Cuando comenzaron a multiplicarse los descendientes de color de la familia sangik y a buscar la oportunidad de expandir sus dominios en territorios adyacentes,el quinto glaciar, el tercero según la cuenta geológica, ya estaba bien avanzado en su deriva hacia el sur sobre Europa y Asia. A estas primeras razas de color se las sometió a una prueba extraordinaria, debido a los rigores y penalidades del período glacial en el cual se originaron.Tan extendido estaba este glaciar en Asia que durante miles de años cortó la migración hacia Asia oriental. Tampoco les fue posible llegar a África hasta más tarde, cuando retrocedió el Mar Mediterráneo y sobrevino la elevación de Arabia.Así pues, durante casi cien mil años estas gentes sangik se propagaron por las estribaciones entremezclándose hasta cierto punto, a pesar de la antipatía particular y a la vez natural que se manifestó, desde un principio, entre las distintas razas.En el período entre la época del Príncipe Planetario y la de Adán, la India hospedó a la población más cosmopolita que jamás se haya encontrado sobre la faz de la tierra.Esta mezcla llegó a comprender gran proporción de las razas verde, anaranjada e índiga. Estos pueblos secundarios sangik hallaron más fácil y agradable la existencia en las tierras meridionales y muchos emigraron posteriormente a África. Los pueblos primarios de los sangik, las razas superiores, evitaron la zona tropical; el hombre rojo se dirigió hacia el nordeste hasta Asia, seguido de cerca por el hombre amarillo, en tanto que la raza azul se desplazó a Europa hacia el noroeste.El hombre rojo pronto comenzó a emigrar hacia el nordeste, pisándole los talones al hielo en retroceso, sorteando las tierras altas de la India y ocupando todo el nordeste de Asia. Fueron seguidos muy de cerca por las tribus amarillas, quienes, con el tiempo, llegaron a desplazarlos de Asia empujándolos a Norteamérica.   Tomado del L.U.

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