Las características del estado místico son, la difusión de la conciencia con vívidas islas de atención focal que operan sobre un intelecto mortal comparativamente pasivo. Todo esto lleva la conciencia hacia el subconsciente en vez de llevarla en dirección de la zona de contacto espiritual, el superconsciente.
Muchos místicos han llevado su disociación mental hasta un nivel de manifestaciones mentales anormales que son altamente perjudiciales.La actitud más sana de la meditación espiritual se encuentra en la adoración reflexiva y en la oración de acción de gracias. La comunión directa con el Ajustador del Pensamiento,El residente Divino, tal como ocurrió en los últimos años de la vida de Jesús en la carne, no debe ser confundida con estas experiencias así llamadas místicas. Los factores que contribuyen a la iniciación de la comunión mística son indicativos del peligro de tales estados psíquicos. El estado místico está favorecido por cosas tales como la fatiga física, el ayuno, la disociación psíquica, profundas experiencias estéticas, impulsos sexuales vívidos, temor, ansiedad, rabia y baile desenfrenado. Mucho del material que surge como resultado de esta preparación preliminar tiene su origen en la mente subconsciente.Aunque las condiciones pudieran ser favorables para los fenómenos místicos, es necesario comprender claramente que Jesús de Nazaret no recurrió nunca a estos métodos para comunicarse con el Padre en el Paraíso. Jesús no tenía delirios subconscientes ni ilusiones superconscientes.
Tomado del Libro de Urantia.-Twitter @UrantiaFuturo
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