viernes, 22 de noviembre de 2013

El Triunfo del Amor

Si un padre afectuoso de una familia grande elige mostrar misericordia a uno de sus hijos culpable de graves maldades, es muy posible que la extensión de la misericordia a este hijo que se porta mal pueda dar como resultado dificultades temporales para todos los demás hijos de buena conducta. Estas contingencias son inevitables; este riesgo es inseparable de la situación real de tener un padre amante y de integrar un grupo familiar. Cada integrante de una familia se beneficia por la conducta recta de todos los demás miembros; del mismo modo, cada integrante ha de sufrir las consecuencias temporales inmediatas de la mala conducta de cualquier otro de los miembros. Las familias, como los grupos, como las naciones, como las razas, como los mundos, los sistemas, las constelaciones y los universos, son relaciones de asociación que poseen individualidad; y por lo tanto cada integrante de cada grupo grande o pequeño, cosecha los beneficios y sufre las consecuencias de la rectitud y de la maldad de cualquier otro de los miembros del grupo correspondiente.Pero debemos aclarar una cosa: si se te obliga a sufrir las consecuencias dañinas del pecado de un integrante de tu familia, un conciudadano o un semejante mortal, aun de la rebelión en el sistema o en otra parte —sea lo que fuere lo que te veas obligado a soportar debido a la maldad de tus asociados, semejantes o superiores— puedes estar seguro de la certidumbre eterna de que dichas tribulaciones son aflicciones transitorias. Ninguna de estas consecuencias relacionadas de la mala conducta en el grupo puede poner jamás en peligro tu futuro eterno ni privarte en lo más mínimo de tu derecho divino a la ascensión al Paraíso y al logro de Dios.

Tomado del Libro de Urantia

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