La chispa vital —el misterio de la vida— se otorga a través de los Portadores de Vida, pero no por ellos mismos. En efecto, supervisan esas transacciones y preparan la fórmula del plasma de la vida misma, pero es el Espíritu Materno del Universo,el Espíritu Santo del Universo local, el que provee el factor esencial del plasma viviente. De ella, la Hija Creativa del Espíritu Infinito sale esa chispa de energía que aviva el cuerpo y presagia la mente. En el otorgamiento de la vida los Portadores de Vida no transmiten nada de su esencia personal, ni siquiera en aquellas esferas en las que se proyectan nuevas órdenes de vida. En esos casos simplemente ellos encienden y transmiten la chispa de la vida, dando inicio a las revoluciones requeridas de la materia según las especificaciones físicas, químicas y eléctricas de los planes y modelos ordenados. Los Portadores de Vida son presencias catalíticas vivientes que agitan, organizan y vitalizan los elementos por otra parte inertes de la orden material de la existencia.
Los Portadores de Vida de un cuerpo planetario tienen un cierto plazo para establecer la vida en un nuevo mundo, aproximadamente medio millón de años del tiempo de ese planeta. Al final de este período, indicado por ciertos logros de desarrollo de la vida planetaria, cesan sus esfuerzos de implantación, y de allí en adelante ya no pueden agregar nada nuevo o suplementario a la vida de ese planeta.Durante las edades comprendidas entre el establecimiento de la vida y el emerger de criaturas humanas de estado moral, los Portadores de Vida tienen permiso de manipular el medio ambiente de la vida y direccionar de otras maneras favorablemente el curso de la evolución biológica. Y esto lo hacen por largos períodos de tiempo.
Tomado del Libro de Urantia
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