jueves, 5 de diciembre de 2013

La mente material

La mente material es la arena en la cual viven las personalidades humanas, tienen autoconciencia, toman decisiones, eligen a Dios o lo abandonan, se eternizan o se destruyen a sí mismos.La evolución material te ha proveído con una máquina vital, tu cuerpo; el Padre te ha dotado de la realidad espiritual más pura conocida en el universo, tu Ajustador. Pero en tus manos, sujeta a tu libre albedrío, se te ha dado la mente, y es por la mente por la que vives o mueres. Es dentro de la mente y con la mente que tomas esas decisiones morales que te permiten alcanzar semejanza con el Ajustador. La mente es prácticamente todo lo que tienes que está sujeta a tu voluntad, y el alma ilustrará fielmente la cosecha de las decisiones temporales que hace el yo mortal. Durante su vida mortal, el ser humano debe trabajar en la mente, de la cual está consciente. Y no es tanto lo que la mente comprende, sino más bien lo que desea comprender, aquello que asegura la supervivencia; no es tanto cómo es la mente, sino cómo está tratando de ser la mente lo que constituye la identificación espiritual. No es tanto que el hombre esté consciente de Dios cuanto que el hombre anhele a Dios lo que resulta en la ascensión. Lo que eres hoy no es tan importante como lo que llegues a ser día a día y en la eternidad.La mente es el instrumento cósmico sobre el cual la voluntad humana puede tocar la discordia de la destrucción, o sobre el cual esta misma voluntad puede extraer las melodías exquisitas de la identificación con Dios. El Ajustador donado al hombre es incapaz de pecar, pero la mente mortal puede efectivamente ser distorsionada, torcida y volverse malvada y fea por las maquinaciones pecaminosas de una voluntad humana perversa y autogratificante. Del mismo modo esta mente puede tornarse noble, bella, verdadera y buena de acuerdo con la voluntad iluminada por el espíritu de un ser humano que hace la voluntad de Dios.

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