Dios no
necesita ni desea que lo adoren de esa forma. Voy a pintarles un cuadro y
pedirles que representen un papel por un momento. Digamos que hacen su
transición y van al otro lado del velo. Imaginemos también por un momento que
se les permite regresar a la Tierra y estar con los hijos que aún viven, pero
de manera invisible. Digamos que pueden cernirse sobre ellos, quizá incluso
tocarlos con energía y amor. Digamos que en la clase de situación energética
correcta, ellos incluso pueden sentir que ustedes los tocan. ¿No sería
fabuloso?
Así que
están aquí y los ayudan de manera invisible con su amor y los tocan con su
energía. y ellos dicen: “¡Ay, tengo miedo! Me acaba de tocar algo mucho más
grande que yo. ¡Quizá algo que puede lastimarme! Creo que lo voy a venerar
porque es imponente y enorme. Ciertamente no quiero que me lastime. Quizá si me
arrodillo y lo adoro, me dejará en paz. ¡Quizá si le ruego lo suficiente, hasta
me dé cosas!” ¿Qué les parece eso? Acaban de cambiar las vidas de sus hijos,
simplemente porque estaban del otro lado del velo, pero querían tocarlos y
tomarles la mano. Así es como ven a Dios muchas personas. Sienten la grandeza,
y sienten el toque, así que caen de rodillas y erigen grandes edificios y
forjan estatuas. Pero, en realidad, están de rodillas venerando a su hermana o
hermano. ¿Qué les parece? ¿Es eso lo que quieren?
¡Tampoco es
lo que queremos nosotros! Escuchen, no pedimos eso. ¡Bendito el Humano que busca
a Dios y encuentra amor! ¡Bendito el Humano que toma la mano de Dios y se
yergue como un socio igualitario! Es el que va a tener una larga vida y camina
centrado. Es que tiene maestría interior y todos quieren estar con él.
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