El
concepto de abundancia viene de lo que la propia palabra significa: tengo
tanto, pero tanto… que lo puedo compartir contigo, porque me sobra… Al ser
abundante en amor y desear bañar literalmente a otros con esa sensible energía,
podrás percibir que tu alegría no sólo dependerá apenas del hecho de poseer
algo tangible, sino que la materialización de aquello que tú originalmente
deseaste… en realidad habrá sido obtenida a consecuencia de la expansión de tu
Ser, esa parte de ti que deseó compartir con otros aquello que más le sobraba.
Y como
tú sabes, así como la energía se contrae y se expande, así como la energía va y
viene… aquello que tú entregaste lo recibirás multiplicado... más no de la
misma manera: calculando recibirlo tantas veces como lo entregaste a otros.
¡No, mi querido humano! No necesitas contabilizar todo lo que tú has dado, pues
tú sabes que aunque no recibieras nada a cambio… ¡nada te haría falta por
encontrarte en plena abundancia!
Cuando tú
entregas con ese espíritu - el de aquel que da sin restricciones porque le
sobra para dar - ¿qué recibes a cambio? ¡Recibes en correspondencia! El que
recibió de ti, probablemente te diga “¡Ah! A mí también me sobra tanto… ¿Por
qué no lo había pensado antes? ¿Por qué no intercambiamos todo aquello que nos
está sobrando? De aquello que no tenemos, no te preocupes. Vamos a pensar más
bien en aquello que nos está sobrando a ambos, porque aquello que tenemos en
abundancia para dar, es aquello que necesitamos recibir mutuamente uno del
otro”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario