martes, 7 de junio de 2016

El Entusiasmo por el vivir

 El aislamiento tiende a agotar la carga de energía del alma. Si ése aislamiento es espiritualmente exagerado,tiende a convertirse en fanatismo.La asociación con los semejantes es esencial para mantener el entusiasmo por la vida, e indispensable para alimentar la valentía necesaria en las batallas inherentes a la ascensión a los niveles más altos del vivir humano. La amistad intensifica el gozo y glorifica los triunfos de la vida. Las asociaciones humanas amantes e íntimas tienden a liberar al sufrimiento de su pesadumbre y a la dificultad de mucho de su amargura. La presencia de un amigo o una amiga aumenta toda belleza y exalta toda bondad. Por medio de símbolos inteligentes, el hombre es capaz de acelerar y ampliar la capacidad de apreciación de sus amigos.

Una de las glorias máximas de la amistad humana es este poder y posibilidad de estimulación mutua de la imaginación. Hay gran poder espiritual inherente en la conciencia de una devoción absoluta a una causa común, la lealtad mutua a una Deidad cósmica.La asociación de las personalidades y el afecto mutuo es un seguro eficiente contra el mal. Las dificultades, la pesadumbre, el desencanto, y la derrota son más dolorosos y desalentadores cuando se los sufre a solas. La asociación no transforma el mal en rectitud, pero mucho contribuye a mitigar el golpe.El hombre languidece en el aislamiento. 
Los seres humanos infaliblemente se desalientan cuando ven únicamente las transacciones transitorias del tiempo. El presente, cuando está divorciado del pasado y del futuro, se torna exasperante y trivial. Tan sólo una vislumbre del círculo de la eternidad puede inspirar al hombre a dar lo mejor de sí mismo y llevar lo mejor que hay en él a su máxima expresión. Y cuando el hombre de este modo llega a su mejor potencial, vive de la manera más generosa para el bien de los demás, de sus semejantes transeúntes en el tiempo y en la eternidad.

El Libro de Urantia


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