miércoles, 1 de junio de 2016

Los 3 grandes impulsos de la vida humana

 La vida humana consiste en tres grandes impulsos: ímpetus, deseos y atracciones. Un carácter fuerte, una personalidad imponente, se adquiere tan sólo mediante la conversión del impulso natural de la vida en arte social del vivir, transformando los deseos presentes en esos anhelos más elevados que son capaces de un logro duradero, mientras que la atracción común de la existencia debe ser transferida de las propias ideas convencionales y establecidas a los dominios más elevados de las ideas no exploradas y de los ideales no descubiertos.Cuánto más compleja se vuelva la civilización, más difícil será el arte del vivir. Cuánto más rápidos los cambios en los hábitos sociales, más complicada será la tarea del desarrollo del carácter. 
Cada diez generaciones, la humanidad debe aprender nuevamente el arte de vivir si el progreso ha de continuar. Si el hombre se torna tan ingenioso como para aumentar las complejidades de la sociedad a paso más acelerado, habrá que aprender de nuevo el arte de vivir mucho más frecuentemente, tal vez, en cada generación. Si la evolución del arte de vivir no se mantiene al ritmo de la técnica de la existencia, la humanidad volverá a caer rápidamente en el simple impulso del vivir —la búsqueda de la satisfacción de los deseos presentes.
Así pues, la humanidad seguirá siendo inmadura; la sociedad no conseguirá crecer hasta la madurez plena.La madurez social es equivalente al grado en que el hombre esté dispuesto a renunciar a la nueva gratificación de deseos pasajeros e inmediatos, para abrigar aquellos anhelos superiores cuya obtención proporciona las satisfacciones más abundantes del avance progresivo hacia objetivos permanentes. Pero la verdadera indicación de la madurez social de un pueblo es su capacidad y voluntad de ceder su derecho a vivir apacible y contenta bajo las normas promotoras de comodidad basadas en el aliciente de las creencias establecidas y las ideas convencionales, en vez del atractivo zozobrador, devorador de energía, de la búsqueda de posibilidades no exploradas para lograr propósitos no descubiertos de realidades espirituales ideales.

UrantiaFuturo-El Libro de Urantia

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