sábado, 11 de enero de 2014

Jesús: Las escrituras II Parte

«No se permitan ni por un instante creer en aquellos documentos de las Escrituras que dicen que el Dios del amor ordenó a sus antepasados que salieran a batallar para destruir a todos sus enemigos: hombres, mujeres y niños. Estos documentos son palabras de hombres, hombres no muy santos, no son la palabra de Dios. 
Las Escrituras siempre reflejaron y siempre reflejarán el estado intelectual, moral y espiritual de los que las crean. ¿Acaso no han notado que los conceptos de Yahvé crecen en belleza y gloria a través de los escritos de los profetas, desde Samuel hasta Isaías? Y que el propósito de las Escrituras es la instrucción religiosa y la guía espiritual. No son obra de historiadores ni de filósofos.Lo más deplorable es, no solamente esta idea errónea de la perfección absoluta de las Escrituras y de la infalibilidad de sus enseñanzas, sino más bien la confusa y errónea interpretación de estos escritos sagrados por los escribas y fariseos de Jerusalén, esclavos de la tradición. Ahora pues, emplearán ellos tanto la doctrina de inspiración de las Escrituras como sus propias tergiversaciones para resistirse decididamente a las enseñanzas más nuevas del evangelio del reino.No olviden jamás que el Padre no limita la revelación de la verdad a una sola generación ni a un solo pueblo. Muchos buscadores sinceros de la verdad se han encontrado confundidos y desilusionados por esta doctrina de la perfección de las Escrituras, y lo estarán también en el futuro.

Tomado del Libro de Urantia

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