sábado, 4 de enero de 2014

Un cristianismo dividido en sectas


El mundo no cristiano no capitulará ante una cristiandad dividida en sectas. El Jesús vivo es la única esperanza de una posible unificación del cristianismo.

La verdadera iglesia —la hermandad jesuística— es invisible, espiritual, y está caracterizada por la unidad, no necesariamente por la uniformidad.La uniformidad es la característica del mundo físico de naturaleza mecanicista. 

La unidad espiritual es el fruto de la unión de la fe con el Jesús vivo.Ahora, la iglesia visible debería negarse a seguir dificultando el progreso de la hermandad invisible y espiritual del reino de Dios.Y esta hermandad está destinada a tornarse en un organismo vivo, en contraste con una organización social institucionalizada.Bien podría utilizar estas organizaciones sociales, pero no puede ser suplantada por ellas.
En la hermandad de Jesús no hay lugar para rivalidades sectarias, resentimientos de grupo ni afirmaciones de superioridad moral e infalibilidad espiritual.

Reiteramos :"Una casa dividida contra sí misma no perdurará".

Tomado del Libro de Urantia

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