El nuevo evangelio del reino que predica Jesús,rinde un gran servicio al arte de vivir en cuanto provee un incentivo nuevo y más rico para un vivir más elevado. Presenta un nuevo y exaltado objetivo de destino, un supremo propósito de la vida.
Estos nuevos conceptos de propósito eterno y divino de la existencia son por sí mismos estímulos trascendentales, que sacan a relucir la reacción de lo mejor que existe en la naturaleza superior del hombre y de la mujer.
En cada cima del pensamiento intelectual se encuentra reposo para la mente, fuerza para el alma y comunión para el espíritu. Desde tales puntos ventajosos de vida elevada, esta alma es capaz de trascender las irritaciones materiales de los niveles más bajos del pensamiento: la preocupación, los celos, la envidia, la venganza, y el orgullo de la personalidad inmadura.
Estas almas elevadas se liberan a sí mismas de una multitud de conflictos entrecruzados de las cosas triviales del vivir, y así son libres de alcanzar conciencia de las corrientes más altas del concepto espiritual y de la comunicación celestial. Pero el propósito de la vida debe ser celosamente protegido contra la tentación de buscar logros fáciles y pasajeros; del mismo modo se lo debe promover de manera tal como para que sea inmune a las desastrosas amenazas del fanatismo.
Rodán:El Libro de Urantia
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