Vivir con éxito no es más ni menos que el arte del dominio de técnicas confiables para solucionar problemas comunes. El primer paso en la solución de todo problema consiste en ubicar la dificultad, aislar el problema y reconocer francamente su naturaleza y gravedad. El gran error es que, cuando los problemas de la vida despiertan nuestros temores profundos, nos negamos a reconocerlos. Del mismo modo, cuando el reconocimiento de nuestras dificultades comprende la reducción de nuestro largamente acariciado engreimiento, la admisión de la envidia, o el abandono de prejuicios profundamente arraigados, la persona común prefiere aferrarse a sus antiguas ilusiones de seguridad y a los falsos sentimientos de inmunidad largamente acariciados. Sólo una persona valiente está dispuesta a admitir honestamente y a enfrentar sin temor, lo que descubre una mente sincera y lógica.La solución sabia y eficaz de todo problema exige que la mente esté libre de ideas preconcebidas, pasión, y todo otro prejuicio puramente personal que pueda interferir con la encuesta desinteresada de los factores reales que constituyen el problema que se presenta para su solución. La solución de los problemas de la vida requiere coraje y sinceridad. Sólo las personas honestas y valientes son capaces de seguir valerosamente a través del perturbador y desconcertante laberinto del vivir hasta donde los pueda conducir la lógica de una mente sin temor. Esta emancipación de la mente y del alma no puede producirse nunca sin el poder impulsor de un entusiasmo inteligente, casi celo religioso. Se requiere la atracción de un gran ideal para impulsar al hombre en pos de un objetivo cargado de problemas materiales difíciles y múltiples riesgos intelectuales.
Tomado del Libro de Urantia
No hay comentarios:
Publicar un comentario