La mente evolucionaria primitiva da origen a una sensación de deber social y obligación moral derivadas del temor emocional. El impulso más positivo de servicio social y el idealismo del altruismo se derivan del impulso directo del espíritu divino que reside en la mente humana.Esta idea-ideal de hacer el bien a otros —el impulso de negarle algo al ego para beneficio del prójimo— está al principio muy circunscrito.
El hombre primitivo considera prójimo tan sólo a aquellos que están muy cerca de él, a aquellos que lo tratan a él como prójimo; a medida que avanza la civilización religiosa, el prójimo se expande en su concepto hasta comprender el clan, la tribu, la nación.
Y luego Jesús amplió el alcance del prójimo hasta comprender a toda la humanidad, hasta declarar que deberíamos amar a nuestros enemigos.
Y hay algo dentro de cada ser humano normal que le dice que esta enseñanza es moral —justa. Aún aquellos que menos practican este ideal admiten que es justo en teoría.Todos los hombres reconocen la moralidad de este impulso humano universal hacia el altruismo.
El humanista adscribe el origen de este impulso al funcionamiento natural de la mente material; el religionista reconoce más correctamente que el impulso verdaderamente altruista de la mente mortal es en respuesta a la guía espiritual interior del Ajustador del Pensamiento.
Tomado del Libro de Urantia
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