miércoles, 12 de marzo de 2014

La naturaleza moral de los niños y niñas

El terreno evolucionario en la mente del hombre es donde germina la semilla de la religión revelada, es la naturaleza moral que tan tempranamente da origen a una conciencia social. Los primeros impulsos de la naturaleza moral de un niño o niña no tienen que ver con el sexo, la culpa ni el orgullo personal, sino más bien con el ímpetu hacia la justicia, rectitud y bondad —el servicio y ayuda a los semejantes. Cuando estos precoces despertares morales son alimentados, ocurre un desarrollo gradual de la vida religiosa que está comparativamente libre de conflictos, trastornos y crisis.Todo ser humano experimenta muy tempranamente algo del conflicto entre sus impulsos egoístas y sus impulsos altruistas, y muchas veces se llega a la primera experiencia de la conciencia de Dios como resultado de buscar una ayuda superhumana en la tarea de resolver dichos conflictos morales.La psicología de un niño o una niña es naturalmente positiva, no negativa.Muchos mortales en su actitud son negativos porque así fueron educados. Cuando se dice que el niño es positivo se hace referencia a sus impulsos morales, a esos poderes de la mente cuyo surgir señala la llegada del Ajustador del Pensamiento.
 En ausencia de enseñanzas erróneas, la mente del niño normal se mueve en forma positiva, en el surgir de la conciencia religiosa, hacia la rectitud moral y el ministerio social, en vez de moverse negativamente, alejándose del pecado y de la culpa. Puede haber o no conflicto en el desarrollo de la experiencia religiosa, pero siempre están presentes las decisiones inevitables, el esfuerzo y la función de la voluntad humana.
Tomado del Libro de Urantia

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