miércoles, 26 de marzo de 2014

El terreno esencial para crecimiento espiritual

El terreno esencial para el crecimiento espiritual presupone una vida progresiva de autorrealización, la coordinación de las propensidades naturales, el ejercicio de la curiosidad y el goce en las aventuras razonables, la experimentación de sentimientos de satisfacción, el funcionamiento del estímulo del temor para la atención y la presencia de ánimo, el aliciente de la curiosidad, y una conciencia normal de la propia pequeñez, la humildad. 
El crecimiento también está predicado en el descubrimiento del yo acompañado por la autocrítica —la conciencia, porque la conciencia es en realidad la crítica del yo mediante sus propios hábitos de valor, ideales personales.
La experiencia religiosa está marcadamente influida por la salud física, el temperamento heredado y el medio ambiente social. Pero estas condiciones temporales no inhiben el progreso espiritual interior de un alma dedicada a hacer la voluntad del Padre en los cielos. En todos los mortales normales hay ciertos impulsos innatos hacia el crecimiento y la autorrealización que funcionan si no se les inhibe específicamente. La técnica segura de fomentar esta dote constitutiva del potencial del crecimiento espiritual consiste en mantener una actitud de devoción sincera a los valores supremos.
La religión no se puede regalar, recibir, prestar, aprender ni perder. Es una experiencia personal que crece proporcionalmente a la búsqueda creciente de los valores finales. El crecimiento cósmico, por lo tanto, consiste en la acumulación de los significados y la elevación, cada vez más amplia, de los valores. Pero la nobleza misma es siempre un crecimiento inconsciente.
Tomado del Libro de Urantia

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