Dios es verdaderamente omnipotente, pero no es omnificente, —no hace personalmente todo lo que se hace. La omnipotencia comprende el potencial de poder del Supremo Todopoderoso y del Ser Supremo, pero las acciones volitivas de Dios el Supremo no son acciones personales de Dios el Infinito.Abogar en pro la omnificencia de la Deidad primaria equivaldría a quitar las franquicias de casi un millón de Hijos Creadores Paradisiacos, sin mencionar las innumerables huestes de varias otras órdenes de asistentes creadores concurrentes. No hay sino una Causa no causada en todo el universo. -Dios-.Todas las demás causas son derivativas de esta Primera Gran Fuente y Centro. Nada en esta filosofía viola de manera alguna el libre albedrío de las miríadas de hijos de la Deidad esparcidos por un vasto universo.Dentro de un marco local, la volición puede parecer funcionar como causa no causada, pero exhibe infaliblemente los factores de la herencia que establecen la relación con las Primeras Causas únicas, originales y absolutas.
Toda volición es relativa. En el sentido original, sólo el Padre-YO SOY posee la finalidad de volición; en el sentido absoluto, sólo el Padre, el Hijo y el Espíritu exhiben las prerrogativas de volición incondicionada por el tiempo e ilimitada por el espacio. El hombre mortal está dotado de libre albedrío, el poder de elección, y aunque dicha elección no sea absoluta es sin embargo relativamente final en un nivel finito y en cuanto respecta al destino de la personalidad que selecciona.
Tomado del Libro de Urantia
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