jueves, 13 de marzo de 2014
La elección moral de los niños
La elección moral está generalmente acompañada por conflicto moral mayor o menor. Y este primer conflicto se desencadena en la mente del niño entre los impulsos del egoísmo y los impulsos del altruismo. El Ajustador opera para colocar una ligera preferencia sobre el impulso altruista como conductor a la meta de la felicidad humana.Cuando un ser moral elige ser altruista, cuando se enfrenta al impulso a ser egoísta, se trata de una experiencia religiosa primitiva.Esta decisión es humana y religiosa. Comprende el hecho de la conciencia de Dios y exhibe el impulso al servicio social, la base de la hermandad de los hombres. Cuando la mente elige un juicio moral justo por acción del libre albedrío, esta decisión constituye una experiencia religiosa.Pero antes de que el niño se haya desarrollado suficientemente como para adquirir la capacidad moral y por lo tanto ser capaz de elegir el servicio altruista, ya ha desarrollado una naturaleza egoísta, fuerte y bien unificada. Y es esta situación factual la que da origen a la teoría de la lucha entre las naturalezas «superior» e «inferior». Muy pronto en la vida el niño normal comienza a aprender que es «más bien aventurado dar que recibir».El hombre tiende a identificar el impulso a atender a sus necesidades con su ego — con su yo. En contraste, se inclina a identificar la voluntad de ser altruista con alguna influencia fuera de sí mismo —Dios.Es justo este juicio, puesto que todos esos deseos altruistas en verdad se originan en la guía del Espíritu residente, y este es un fragmento de Dios.Este impulso es realizado en la conciencia humana como un impulso al altruismo, a la preocupación por los semejantes. Por lo menos ésta es la experiencia precoz y fundamental de la mente infantil. Si el niño en crecimiento no consigue unificar la personalidad. Una conciencia desviada puede volverse responsable de muchos conflictos, preocupaciones y penas y un sinfín de infelicidad humana.
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