La religión es funcional en la mente humana y se ha realizado en la experiencia previamente a su aparición en la conciencia humana. Un niño ya existe alrededor de nueve meses antes de experimentar el nacimiento. Pero el «nacimiento» de la religión no es repentino, es más un surgimiento paulatino. Sin embargo, más tarde o más temprano hay un «día de nacimiento». No entras al reino de los cielos a menos que hayas «nacido nuevamente» —nacido del espíritu. Muchos nacimientos espirituales van acompañados por mucha angustia de espíritu y marcados de perturbaciones psicológicas, así como muchos nacimientos físicos están caracterizados por un «parto difícil» y otras anormalidades de «parto». Otros nacimientos espirituales son un crecimiento natural y normal del reconocimiento de los valores humanos con un enaltecimiento de la experiencia espiritual, aunque no ocurre desarrollo religioso sin esfuerzo consciente y determinación positiva e individual. La religión no es nunca una experiencia pasiva, una actitud negativa. Lo que se llama «nacimiento de la religión» no está directamente asociado con las así llamadas experiencias de conversión que generalmente caracterizan aquellos episodios religiosos que ocurren más adelante en la vida como resultado de conflictos mentales, represiones emocionales,sublevamientos temperamentales y actitud mística.Pero aquellas personas criadas por sus padres de manera tal que crecieron en la conciencia de ser hijos de un Padre celestial amante, no deben despreciar a sus semejantes que tan sólo llegan a dicha conciencia de la asociación con Dios a través de una crisis psicológica o de trastornos emocionales.
Tomado del Libro de Urantia
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