Ya en el año 16.000 a. de J.C. una sociedad de cien sacerdotes setitas penetró la India y estuvo a punto de realizar la conquista religiosa de la mitad occidental de este pueblo políglota. Pero su religión no persistió. En cinco mil años sus doctrinas sobre la Trinidad del Paraíso decayeron en el símbolo triple del dios del fuego. Pero, durante más de siete mil años desde el fin de las migraciones anditas, el nivel religioso de los habitantes de la India fue muy superior al promedio del mundo. Durante estos tiempos, la India prometía producir la principal civilización cultural, religiosa, filosófica y comercial del mundo. Si los anditas no hubiesen sido totalmente sumidos en la miseria por los pueblos del sur, este destino probablemente se habría concretado.Los centros culturales dravidianos estaban situados en los valles de los ríos, principalmente del Indo y del Ganges, y en el Dekán junto a los tres grandes ríos que fluyen a través de los Ghates del este hacia el mar. Las colonias a lo largo de la costa de los Ghates occidentales les debían su prominencia a los intercambios marítimos con Sumeria.Los dravidianos figuran entre los primeros pueblos en construir ciudades y dedicarse a un vasto comercio de importaciones y exportaciones, tanto por tierra como por mar. Ya para el año 7000 a. de J.C. las caravanas de camellos viajaban en forma regular a la distante Mesopotamia. La marina de los dravidianos se aventuraba hacia las ciudades sumerias del Golfo Pérsico por el mar Arábigo y navegaba las aguas del Golfo de Bengala hasta las Indias Orientales. Estos navegantes y mercaderes importaron de Sumeria un alfabeto y el arte de escribir.
Tomado de LIbro de Urantia
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